“Las luchas por las reivindicaciones inmediatas de la clase trabajadora solamente se pueden desplegar en el marco de una transformación importante a nivel continental”, dijo el secretario general de la Central de Trabajadores de Uruguay, Marcelo Abdala.
Tribuna realizó una entrevista a Marcelo Abdala, trabajador metalúrgico y secretario general del PIT-CNT, la central de trabajadores de Uruguay.
-¿Cómo evalúas la situación internacional y cómo afecta a los trabajadores?
-La situación es problemática para los trabajadores. Los precios están sometidos a la especulación financiera global, por lo que cualquier sobresalto en el planeta (de los que hay muchos y constantemente) termina repercutiendo en que la gente no pueda tener una buena vida en nuestros países.
Eso termina afectando el nivel de empleo, el trabajo, los lineamientos del desarrollo y todas las necesidades de los trabajadores.
-En ese marco, ¿Qué rol le ocupa al movimiento obrero y sus organizaciones en Latinoamérica?
-El movimiento obrero en América Latina tiene que superar su fragmentación y fragilidad para construir caminos de unidad nacional de toda la clase trabajadora sin exclusiones. Pero, además, ir a un proceso mucho más enérgico de plantear a las clases dominantes una estrategia de desarrollo. Todo lo que tiene que ver con la complementación productiva, la integración continental, el despliegue de los derechos expresados en plataformas básicas de desarrollo industrial, seguridad social, negociación colectiva, salarios mínimos en la región; todo esas cuestiones requieren de un movimiento sindical mucho más dinámico del que tenemos.
Considero que las luchas por las reivindicaciones inmediatas de la clase trabajadora a la salud laboral, a la formación profesional, para elevar sus salarios, para defender el trabajo genuino y de calidad, solamente se pueden desplegar en el marco de una transformación importante a nivel continental. Que los pueblos se empoderen para desarrollar proyectos de país que si o si esten construidos en clave de integración profunda de América Latina, ya que ningún pueblo se salva solo.
Por tanto, el desafío central del movimiento obrero es fortalecer su unidad y acción en lucha por un programa diferente al de las clases dominantes que contemple y cobije los intereses de la clase trabajadora y sectores mucho más amplios de la sociedad. Si nosotros actuamos encerrados en las cuatro paredes de nuestros países y perdemos esa visión global no seremos muy eficaces en la lucha por los derechos de los trabajadores.
-Respecto a la lucha por la derogación de los artículos de la Ley de Urgente Consideración. ¿Cómo afecta esto a la población?
-Nosotros sostenemos que en Uruguay gobierna el Gran Capital de los sectores agroexportadores y el capital financiero. Y esta Ley es un armazón político que tiene múltiples componentes: un sentido privatista del Estado con el objetivo de doblar la vara hacia el más poderoso; intenta reprimir la movilización social promoviendo el anti-derecho de huelga, etc. Esta Ley corresponde a un modelo de país donde la prioridad es la ganancia, la acumulación de lo que ellos llaman los “malla oro”, es decir, los sectores dominantes.
La lucha por anular los 135 artículos, que fueron los centrales de la Ley, si bien en esta primera fase no llegó a cristalizar su derogación, dejó un saldo de un nivel de unidad, conciencia y movilización bien importante en todo el campo popular.
-En ese marco se convocó al primero de mayo…
-Exacto. Ahora vamos a un gran primero de mayo donde van a estar planteadas las iniciativas del movimiento obrero y la perspectiva de un gran proceso de elaboración programática y de fortalecimiento de la organización, que aquí le llamamos el Congreso del Pueblo. No solamente va a activar el movimiento sindical sino que también a los más diversos sectores del quehacer popular en el país.
Va a ser una acción muy importante para retomar la iniciativa histórica en manos de las organizaciones populares. Las consignas principales aluden a la defensa del trabajo y el salario, contra la carestía que se manifiesta rebajando las condiciones de vida de la gran mayoría del pueblo, en defensa de la seguridad social (contra un proyecto del Poder Ejecutivo que pretende recorte de derechos en esta materia, como elevación de la edad jubilatoria, rebajar los montos, elevar las entidades privadas, etc.), en defensa de la negociación colectiva y haciendo un llamamiento a las más diversas organizaciones populares a que converjan y confluyan en la construcción de un programa de desarrollo para los sectores populares.
La convocatoria es por parte de la central junto con el movimiento estudiantil, el movimiento cooperativo y las organizaciones de base barriales de todo el país.