Entre el 6 y el 10 de junio se llevó adelante una nueva edición de la Cumbre de las Américas en la ciudad de Los Ángeles, EE.UU., coordinada por la Organización de los Estados Americanos (OEA).
La realización de la misma contó con la participación de 22 representantes de Estados de un total de 35. Desde Estados Unidos negaron la invitación a Nicaragua, Cuba y Venezuela. Esta negativa cosechó críticas previas emitidas por la Celac, el Grupo de Puebla y la Comunidad de Estados del Caribe (CARICOM).
El presidente estadounidense, Joe Biden, expresó en su discurso inaugural que busca una nueva relación entre EE.UU., y los países del continente. Biden instó a los asistentes a unirse “en torno a ideas audaces, acciones ambiciosas y demostrar el increíble poder de las democracias para mejorar la vida de todos”.
“Ya no es solo la pregunta de ¿qué hará Estados Unidos por las Américas? La pregunta es qué podemos lograr trabajando juntos como verdaderos socios con capacidades diversas pero con respeto mutuo e igualitario, reconociendo tanto nuestra soberanía individual como nuestras responsabilidades compartidas”, expresó Biden.
El discurso de Alberto Fernández expresó la necesidad de remover las bases de la OEA para recuperar su lugar de credibilidad.
En tanto que Nicolás Maduro, presidente de Venezuela, sostuvo que el presidente de la Celac (por Fernández) “ha hecho un discurso firme, claro, valiente, y puso todo en su lugar, a nombre de América Latina y el Caribe”. “Nosotros tenemos nuestra propia comunidad de estados latinoamericanos y caribeños, que se reunirá en plenaria en los próximos meses”. “Fernández invitó a Biden para que participe sin exclusión en nuestra reunión, creo que realmente le puso la guinda a la torta, como decimos en Venezuela”.