El Gobierno de Brasil dió luz verde a la mayor privatización del país en los últimos 20 años al vender las acciones del Estado sobre Eletrobras (Centrais Elétricas Brasileiras SA) en la Bolsa de Valores.
La misma contempló la venta por casi siete mil millones de dólares y redujo su participación del 70% al 40%. La última venta de una magnitud similar registrada en el país corresponde a Petrobras por 70 mil millones de dólares en 2010.
Ahora los controladores directos serán Singapore GIC, de Singapur, la canadiense CPPIB y la gestora brasileña 3G Radar.
Mientras Bolsonaro tocaba la campana de la Bolsa de Valores subastando las acciones de la empresa, afuera se realizaban protestas contra la privatización. Electricistas, petroleros, bancarios, docentes, el Movimiento de los Afectados por Represas (MAB) y del MST se reunieron en las afueras.
El candidato del Partido de los Trabajadores, Lula Da Silva, consideró que la medida se explica por el “miedo a la derrota en las elecciones de octubre”. “Pero pueden estar seguros: si ganamos las elecciones de octubre, como anuncian todas las encuestas, restauraremos la soberanía de Brasil y del pueblo brasileño”, concluyó.
“Los trabajadores del sector eléctrico, la sociedad civil organizada y los partidos de oposición luchan desde hace cinco años, desde el gobierno de Michel Temer, contra la privatización”, sostuvo Ikaro Chaves, Ingeniero de Eletrobras y director del Colectivo Nacional de Eletricitários .
“Pero lamentablemente la truculencia del gobierno de Bolsonaro no tiene límites, privatizó la empresa aún sin cumplir una promesa de campaña y la población se posicionó en contra de la privatización”, sostuvo.