El desembarco al Ministerio de Economía de Sergio Massa ratificó el compromiso del Gobierno con el FMI.
Tras la jura en el cargo, el flamante ministro trazó el horizonte de su gestión en una conferencia de prensa en el Palacio de Hacienda. “No soy superministro, ni mago, ni salvador”, advirtió.
Afirmó su compromiso con las metas establecidas en el acuerdo con el FMI, particularmente con el 2,5% del déficit fiscal. A su vez, señaló que tuvo una reunión con el organismo multilateral y aseguró que “se harán todas las correcciones que sean necesarias” para los objetivos propuestos.
Por otro lado, reitero la fijación de políticas de reducción del gasto público y la cancelación de las emisión monetaria para el financiamiento hasta fin de año. A su vez, aseguró que habrá un adelanto de exportaciones en las cadenas de valor de la pesca, del agro, de la minería y otros, que ingresarán en los próximos 60 días por un total de $5000 millones de dólares.
Sobre la marcha, Massa fue definiendo algunos puestos claves para la gestión: en la Secretaría de Energía se designó en reemplazo de Darío Martínez a Flavia Royón, que se venía desempeñando como ministra de Energía y Minería de la provincia de Salta. En la Secretaría de Agricultura, anunció a Juan José Bahilo, funcionario del gobierno de Entre Ríos, en lugar de Julian Dominguez. José Ignacio de Mendiguren, presidente del Banco de Inversión y Comercio Exterior (BICE) fue nombrado como nuevo secretario de Producción.
Con la cabeza puesta en el financiamiento externo, el ministro mantuvo un encuentro virtual con el presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Mauricio Claver-Carone, para evaluar “el estado de situación de los préstamos existentes y las nuevas oportunidades de financiación”.
Finalmente, el pasado viernes mantuvo un encuentro con los dirigentes de la Mesa de Enlace, donde los ruralistas plantearon sus exigencias sobre la brecha cambiaria, las retenciones y los fideicomisos en trigo y aceites.