“Nada que festejar” fue la consigna con la que reclamaron ante la situación de pobreza que afecta a los jubilados.
El 20 de septiembre fue el día nacional del jubilado. En ese marco se organizaron protestas para señalar la situación de pobreza que afecta a los trabajadores “pasivos” en su día y el deterioro en las condiciones de vida.
En Ciudad de Buenos Aires, el Centro Nacional de Jubilados y Pensionados de ATE (CNJP) y la Secretaría de Previsión de la CTA Autónoma instalaron una carpa frente al Congreso de la Nación.
Según había publicado un documento del CNJP de ATE “más del 70% de nuestros Jubilados y Pensionados a partir del mes de septiembre tendrá ingresos de $43.353. ¿Cómo hace un jubilado y pensionado para subsistir 30 días cuando la canasta básica de un adulto mayor se encuentra en $107.300?”.
Desde la carpa la Diputada Nacional, Graciela Iturraspe, sostuvo que “los jubilados tenemos el problema de que en una sociedad capitalista no somos más parte de la fuerza de trabajo, no podemos parar el aparato productivo, por ende nos cuesta tener visibilidad”.
Reforzó esa idea el ex director del Banco Nación, Claudio Lozano, al decir que “no logramos que esta discusión sea del conjunto de los trabajadores y de la sociedad. Es el problema de una sociedad que ha devastado la condición laboral y que ha transformado a la precariedad laboral y a la precariedad de la existencia en la condición de funcionamiento de la sociedad argentina”.
Villa María
Entrevistado por El Diario, el secretario general de la CTA Villa María, Enrique “Tito” Godoy, dijo que “para los convocantes al acto de hoy no hay nada que celebrar”. “Les decimos (al Gobierno) que antes de los compromisos externos hay un compromiso con este sector postergado”, puntualizó.
Además sostuvo que “no es un problema de los jubilados solamente, porque los trabajadores activos estamos asistiendo a la destrucción del Fondo de Garantía de Sustentabilidad que nos asegura la jubilación en el futuro”.