El asesinato de una jóven iraní desató masivas movilizaciones que llevan más de un mes. Hace unos días se sumó una protesta de trabajadores del petróleo por mejoras salariales.
El pasado 16 de septiembre el asesinato de una jóven iraní llamada Mahsa Amini por parte de las “Gasht-e-Ershad”, conocidas como “policía de la moral”, desató masivas protestas en todo el país que continuan hasta la actualidad.
Las actividades promovidas principalmente por organizaciones de mujeres lograron una rápida adhesión por parte de estudiantes, comerciantes y trabajadores. También hubo manifestaciones en otros países como Alemania, donde se reunieron 80.000 personas en apoyo.
Distintas fuentes periodísticas comentan que ha sido cortada en varias ocasiones (coincidiendo con algunas de las protestas en las principales ciudades) la red de internet y comunicaciones.
Un sindicato de docentes convocó una huelga nacional el jueves pasado y viernes denunciando la represión que, según Amnistía Internacional, costó la vida de al menos 23 niños. Desde que empezaron las manifestaciones se estima que alrededor de 12.500 personas fueron arrestadas y casi 250 asesinadas.
Trabajadores del petróleo
Sumado al creciente grado de conflictividad, hace aproximadamente 12 días, trabajadores petroleros se movilizaron en las ciudades de Asaluyeh y Abadán, en la región del Golfo Pérsico, por reclamos salariales. Estos fueron violentamente reprimidos por la policía, además de efectuarse algunos arrestos.
El Consejo Organizador de Protesta de los Trabajadores del Petróleo de Irán publicó una declaración que dice: “No tengan duda de que nosotros, los trabajadores del petróleo, cuyas vidas y medios de subsistencia han sido durante años tomados como rehenes bajo el control predatorio y sin piedad de las contratistas en las regiones petroleras, no vamos a ser silenciados por esta represión. Les prometemos que vamos a protestar más fuertemente contra estas represiones y por la liberación de nuestros colegas detenidos”.