En el marco de un nuevo aniversario de la toma por parte del ERP, repasamos los elementos que desencadenaron la lucha armada en la década del 70’.
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En el marco de un nuevo aniversario de la toma por parte del ERP, repasamos los elementos que desencadenaron la lucha armada en la década del 70’.
En la noche del 10 de agosto de 1974, miembros del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP) llevaron a cabo dos operaciones de copamiento. Una de ellas tuvo lugar en la Fábrica Militar de Pólvoras y Explosivos de Villa María, mientras que la otra se desarrolló en el Regimiento de Infantería Aerotransportado 17, en San Fernando del Valle de Catamarca.
Contexto
En el país, la lucha se había intensificado progresivamente desde el golpe de estado de 1955, alcanzando su punto máximo en 1969 con los sucesos conocidos como “los azos del 69’”. En ese contexto, los trabajadores y militantes comenzaron a desarrollar nuevos métodos de lucha para enfrentar la persecución y la represión que sufría la clase trabajadora.
En aquel momento, la experiencia de la guerrilla en Cuba en 1959, liderada por Fidel Castro, y posteriormente el intento de guerrilla en Bolivia encabezado por el “Che” Guevara, había despertado la idea de la lucha armada como un medio para buscar el cambio social.
Copamiento de la Fábrica Militar
Como definición de un plenario del Partido Revolucionario del Pueblo (PRT) realizado en 1970, se decidió llevar a cabo la creación de un brazo armado de la organización llamado Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP), con el fin de separar la acción política de la acción militar.
Posterior a la muerte de Perón, y con un creciente descontento por las políticas impulsadas por Isabel Martinez en el gobierno, más de 60 militantes del ERP conforman en la provincia la “Compañía Decididos de Córdoba”, quienes avanzan con la ejecución del plan para copar la Fábrica Militar de la ciudad.
El objetivo de esta acción era obtener armamento militar para utilizarlo como defensa en los enfrentamientos contra las fuerzas del ejército, así como también capturar rehenes para negociar la liberación de los presos políticos. Por su parte, el ejército se encargó de difundir al PRT como un partido ilegal y al ERP una organización terrorista, lo que llevó a un incremento en los enfrentamientos entre ambas fuerzas con el paso del tiempo.
Es importante destacar la creación de la Alianza Anticomunista Argentina (AAA), también conocida como Triple A. Esta organización de carácter parapolicial estaba dirigida por José López Rega y Julio Yessi. La Triple A llevó a cabo secuestros, torturas y represión contra militantes políticos, estudiantes, sindicalistas y cualquier persona que fuera considerada “subversiva” por manifestarse en contra del sistema represivo.
El día seleccionado estratégicamente para la toma coincidía con un evento que se celebraba en el casino de oficiales ubicado dentro de la fábrica. Como punto de operaciones, los militantes ocuparon un motel conocido como “El Pasatiempo”, situado a 1 kilómetro de la misma. Esta elección tenía como objetivo prolongar el anonimato y evitar llamar la atención, ya que se utilizarían numerosos vehículos durante el operativo.
La estrategia consistió en llevar a cabo el copamiento generando confusión mediante el uso de uniformes militares, pretendiendo hacer creer que se trataba de un golpe militar en el país.
En el documental titulado “Decididos”, los militantes explican que el éxito del plan se debió a la determinación y la moral con la que llevaron a cabo la tarea. Es importante destacar que en la planificación de la operación participó un trabajador de la fábrica, quien proporcionó información valiosa para su ejecución.
Además, los soldados que se encontraban de guardia esa noche, tras recibir las explicaciones brindadas por los militantes del ERP, tomaron la decisión de colaborar de manera voluntaria para agilizar el proceso de carga de armas en los vehículos encargados de su transporte.
Además de la toma de armas un grupo se encargó de llevar a cabo el secuestro del general de la fábrica, el Mayor Julio Argentino del Valle Larrabure, así como también del teniente coronel Osvaldo Guardone, quien resultó herido en una pierna y fue liberado horas más tarde para recibir atención médica. En paralelo, se procedió al traslado de Larrabure a una cárcel en el pueblo.
En los meses posteriores hubo intentos de negociación para la liberación del general con el fin de intercambiar por otros presos políticos, pero todos fallaron y en agosto del año siguiente Larrabure es encontrado muerto. Según el comunicado emitido por el ERP, su muerte se atribuye a un suicidio.
A pesar de algunos contratiempos, la operación resultó exitosa para la organización guerrillera, logrando la captura de más de 100 fusiles, 14 ametralladoras y más de 60 metralletas, así como granadas y municiones. El enfrentamiento dejó un saldo de 3 personas muertas.
En el copamiento llevado a cabo en Catamarca los revolucionarios fueron abatidos por las fuerzas policiales, ocasionando la pérdida de 27 vidas.
Pese a que las armas fueron encontradas meses más tarde por la Gendarmería Nacional, la acción quedó registrada como uno de los golpes más duros que recibió el gobierno de Isabel Martinez de Perón.
Hector Assadourian, ex militante del PRT, y participante del copamiento en la fábrica, dio su testimonio en el film “El copamiento”, y reflexionando sobre el hecho dijo que “lamentablemente el accionar favoreció a consolidar un discurso político con el cual los sectores más reaccionarios de la sociedad pudieron contrarrestar con el golpe de estado. No hubo dos demonios, simplemente su ideal de patria no era el mismo ideal que el nuestro y habíamos asumido la lucha hasta las últimas consecuencias”.
“El hombre despierta de su muerte y comienza a amar tanto la vida que arriesga su vida al fin de poderla vivir” Ernesto Che Guevara