Detrás de los malabares monetarios del Gobierno, la única certeza que se impone es el ajuste generalizado en favor de los intereses de las entidades financieras.
Desde Estados Unidos, en el marco de un evento empresario en Sun Valley, Idaho, el presidente Javier Milei y el ministro de Economía, Luis Caputo, anunciaron el sábado 13 el inicio de una política de emisión cero y congelamiento (e incluso reducción) de la base monetaria, en el marco de la nueva fase del programa económico del Gobierno.
El mecanismo anunciado es el cierre del último “grifo” de emisión monetaria por la compra de dólares. La medida consiste en la neutralización de los pesos emitidos por el BCRA para la compra de dólares en el Mercado Único y Libre de Cambios (MULC) con la venta de dólares equivalentes en el mercado del contado con liquidación (CCL). De esta forma, la entidad comprará dólares obtenidos por la liquidación de exportaciones a cotización oficial ($950) y los venderá a un mayor valor en el mercado financiero, absorbiendo los pesos emitidos.
“En 6 meses terminamos con el déficit fiscal, el déficit cuasi fiscal, y la emisión monetaria. Consecuencia: vamos a exterminar la inflación para siempre en Argentina”, celebró en X el ministro Caputo.
Paralelamente, con respecto a la emisión por el pago de intereses de “puts” (los bonos de deuda en poder de las entidades financieras que en su mayoría ofrecen la posibilidad de ejecutarse en cualquier momento), el Central acordó con los bancos la rescisión de $13,17 billones de los títulos públicos (el 78% del total) a cambio del pago de $90.000 millones, el costo del seguro abonado en el momento de la emisión de los bonos y ajustados por inflación.
Tras la operatoria, Caputo resaltó “la dignidad de la gran mayoría de los banqueros, que priorizaron el futuro del país por sobre los intereses de sus instituciones”.
Los pesos emitidos son por compras en el Mulc.
El objetivo siempre fue secar la plaza de pesos. Lo digo desde la primer entrevista, pero bueno, todavía algunos no se convencen.
La realidad probará que en breve la gente va a tener que vender dólares para pagar impuestos y
el… https://t.co/2LaEuYOvdL— totocaputo (@LuisCaputoAR) July 19, 2024
Finalmente, el BCRA informó el traspaso total de los Pases Pasivos al Tesoro en la primera licitación de las Letras Fiscales de Liquidez (LEFI), en la que los bancos suscribieron por un total de $10,85 billones. De esta manera, el stock de pasivos remunerados quedó prácticamente reducido a la mitad, compuesto de $170,890 millones en Nobac (Notas del BCRA a 90 días de plazo) y 10.795 millones de dólares en Bopreal.
El esquema delineado por el Gobierno procura que al eliminarse las principales fuentes de emisión monetaria, la inflación seguirá bajando y aparecerá una mayor oferta de dólares. “La fijación de este techo a la expansión de la demanda por base monetaria permite anticipar que, a partir de la introducción de la competencia de monedas, el peso se transformará en la ‘moneda escasa’“, expresó el BCRA en un comunicado.
Escasez de dólares
“Jamás en pesos. El peso es la moneda que emite el político argentino, por ende no puede valer ni excremento”, aseveraba en octubre, con su verborragia característica, el envalentonado candidato presidencial Javier Milei. En la actualidad, tras las recientes medidas, el ministro Caputo aseguró que “la realidad probará que en breve la gente va a tener que vender dólares para pagar impuestos y el peso va a ser la moneda fuerte”.
Pese a la invitación del gobierno a apostar por el peso, la incertidumbre continua puesta en el dólar. Así lo aseguró Vladimir Werning, vicepresidente del BCRA, a los fondos inversores en Wall Street durante la presentación de la segunda fase de la política económica, en la que reconoció que la entidad tiene 3.000 millones de reservas negativas. El funcionario explicó que la escasez se debe a una menor liquidación de los exportadores y una mayor demanda de dólares por compromisos de deuda e importación de energía. En ese marco, admitió que durante esta etapa los sueldos medidos en dólares serán bajos.

En esta dirección apunta la puesta en vigencia del blanqueo de capitales, denominado Régimen de Regularización de Activos, que convoca a grandes contribuyentes a declarar sus tenencias de forma gratuita hasta los 100.000 dólares. A partir de dicha cifra el Gobierno fijó tres alícuotas de pago (5, 10 y 15%) sobre el excedente que irán aumentando a medida que se tarde más tiempo en adherir al régimen, con la expectativa de recaudar un 0,3% del PBI, una cifra que rondaría alrededor de 2.000 millones de dólares.
Otra medida en el mismo sentido es el envío al exterior de lingotes de oro de las reservas del BCRA. Esta medida se dio a conocer a partir de un pedido de información del sindicato La Bancaria que denunció que no hubo ninguna decisión oficial que lo respalde. “Si lo tenés afuera podés tener un retorno y el país necesita maximizar los retornos de sus activos”, explicó luego Caputo.
La urgencia por el ingreso de divisas se inscribe en el contexto de la proximidad de los vencimientos externos de 2025, que se estima en 20.000 millones de dólares, entre los que se incluye el pago de $9.500 millones de dólares a bonistas, $3.250 millones al FMI y otros $5.000 millones de otros organismos internacionales. A su vez, la Secretaría de Finanzas informó que en junio la deuda pública alcanzó su máximo histórico, por el equivalente a $442.505 millones de dólares, que representa más del 95% del PBI.
Sin embargo, el presidente relativizó el problema: “tenemos para perder hasta 3.000 millones de dólares de reservas, estamos recontra holgados”. Por el momento, la garantía del Gobierno para el “mercado” se reduce al sacrificio fiscal de los trabajadores y la palabra de Milei: “nosotros pagamos como sea”, aseguró en una entrevista vía stream.
Bolsillos escasos“Lo que cambió básicamente del peso excremento a la escasez de pesos fuimos nosotros”, aclaró el vocero Manuel Adorni ante las consultas periodísticas. “Lo que pasó fue el Gobierno este, que durante siete meses corrigió todo lo que pudo a la mayor velocidad posible”, añadió.
Ciertamente, la escasez de pesos ya es una realidad. El retroceso de la actividad económica, la pérdida de puestos de trabajo y el debilitamiento de los ingresos de trabajadores y jubilados, como resultado de la implementación de las políticas del Gobierno que se alinean a las exigencias de las entidades financieras, se reflejan en la caída de los indicadores del consumo.
Así lo indicó este mes en un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario, que indicó que el consumo de carne vacuna anual per cápita este año estará por debajo de los 45 kilos, el nivel más bajo de los últimos cien años. En el mismo sentido, según datos oficiales de la Secretaría de Energía, la venta de combustibles en el país experimentó su séptimo mes consecutivo de caída, con una disminución interanual promedio del 12,05% para naftas y gasoil.