El mayor sindicato del país llamó a una huelga general en todo el territorio nacional por el conflicto con Palestina.
El domingo 1 de octubre, cerca de 300.000 personas se congregaron en las calles de Tel Aviv, Jerusalem y otras ciudades de Israel para protestar contra el gobierno de Benjamín Netanyahu, primer ministro israelí, y su manejo del conflicto con Palestina.
Las movilizaciones frente a la sede de las Fuerzas de Defensa de Israel en Tel Aviv y en las principales localidades del país, como Beersheba, Haifa y Jerusalén, se prolongaron durante más de una semana.
Las protestas estallaron tras el hallazgo de 6 cuerpos de israelíes que habían sido secuestrados por Hamas y mantenidos como rehenes, lo que impulsó críticas al no llamado a un alto al fuego y la intransigencia del gobierno.
Entre los reclamos de los manifestantes, se demanda que se avance en un acuerdo con la organización palestina y que se agilice el regreso de los 97 secuestrados que todavía permanecen en la Franja de Gaza.
En este marco, la Federación General de Trabajadores de la Tierra de Israel o Histadrut -la mayor entidad sindical del país-, llamó a una huelga general en todo el territorio para el lunes 2.
El presidente de Histadrut, Arnon Bar-David, denunció que “estamos recibiendo bolsas con cadáveres en lugar de un pacto”. Tras una reunión con el Foro de Familias de Rehenes y Desaparecidos, el dirigente sindical realizó un “llamamiento al pueblo de Israel para que salga a las calles esta noche y mañana y que todos participen en la huelga”.
Sin embargo, el tribunal laboral israelí ordenó el fin de la huelga al declararla como “ilegal” y considerar que el reclamo tenía un “carácter político”.
Por su parte, Netanyahu expresó a través de un posteo en X: “Quienquiera que haya asesinado a nuestros secuestrados no quiere un trato”, declaró el mandatario ante las demandas de generar un acuerdo de alto al fuego.