Se reactivó el conflicto universitario con el inicio de un plan de lucha de los gremios por recomposición salarial y el reclamo de investigadores del Conicet por mayor financiamiento.
El jueves pasado, la Cámara de Diputados otorgó media sanción a la Ley de Financiamiento de la Educación Universitaria y Recomposición del Salario Docente, por 158 votos afirmativos, 75 negativos y 5 abstenciones. Ahora su aprobación final quedará en manos del Senado.
El proyecto propone actualizar el presupuesto destinado a universidades públicas, incluidos hospitales, ciencia, tecnología y actividad de extensión, contemplando la inflación acumulada durante el 2023 y 2024. Además de proyectar incrementos anuales hasta llegar al 1,5% del PBI en 2031.
También tiene el objetivo de recomponer el salario docente y nodocente perdido desde diciembre de 2023 hasta la fecha de sanción de la ley, con actualizaciones mensuales posteriores atadas a la inflación medida por el INDEC.

Un inicio de cuatrimestre sin garantías
A pesar de la aprobación legislativa, el agravamiento de las condiciones de estudio y el deterioro del salario de los trabajadores de las universidades es una tendencia que viene profundizándose hace años.
Ante ello, el Frente Sindical de Universidades Nacionales, conformado por las 3 federaciones docentes FEDUN, CONADU, CONADU H, la FAGDUT de la Universidad Tecnológica, y la nodocente FATUN, definieron un plan de lucha que inició el miércoles 6 de agosto frente al Congreso Nacional con una radio abierta.
Además anunciaron un paro nacional para hoy lunes y la realización de distintas medidas durante toda la semana con el objetivo de visibilizar la situación.

El jueves pasado, la FEDUN realizó un plenario de secretarios generales donde definieron “dos semanas de visibilización del conflicto universitario en las distintas casas de estudios, con actividades de los gremios de base”.
La CONADU convocó a la medida de fuerza bajo la consigna “¡Paritarias YA!”. En la comunicación del gremio advierten que “con docentes y nodocentes bajo la línea de la pobreza, no hay universidad posible”.
Por su lado, la CONADU Histórica definió paros de 48 horas todas las semanas en días rotativos del 18 de agosto hasta el 7 de septiembre. “Nuestros salarios sufrieron la mayor caída en la historia. Hubo 10.000 renuncias y quedan vacantes sin cubrir. Las y los docentes de las Universidades no podemos esperar más”, denunciaron en sus redes sociales.
Protestas contra el desfinanciamiento a la educación, la ciencia, tecnología, destrucción salarial, y el ataque a la huelga ocurrieron en simultáneo en todo el país.
En paralelo, los trabajadores del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) realizaron un paro nacional el 6 y 7 de agosto, que contó con distintas actividades en varias ciudades del país.
El segundo día de paro en la ciudad de Córdoba, con el apoyo de docentes y estudiantes, realizaron cortes en los seis accesos a la Ciudad Universitaria de la UNC. Allí hicieron clases públicas, radios abiertas e intervenciones artísticas culminando con un acto unificado frente al Pabellón Argentina.
En la ciudad de Villa María, un grupo de estudiantes y docentes realizó una carteleada en el campus de la UNVM denunciando que el presupuesto que se destina a las universidades (de alrededor de 3,9 billones) es es muy inferior al de intereses de deuda, que supera los 10 billones de pesos.