Repasamos algunos datos recientes que dan cuenta del deterioro de los ingresos de los trabajadores en la actualidad.
La semana pasada la Central de Trabajadores de la Argentina Autónoma (CTA-A) difundió un informe titulado “La evolución del empleo y de los ingresos laborales a veinte meses del gobierno de La Libertad Avanza”, elaborado por el IPyPP y el IEF.
Según se desprende del mismo, la estrategia del gobierno nacional puede ser interpretada en tres etapas. La primera a partir de la devaluación del 100% ejecutada en diciembre del 2023 considerada “etapa fundacional”. La misma pulverizó los ingresos independientemente del sector de ocupación.
Luego, describió una segunda etapa que permitió una leve recomposición en la medida en que bajó la inflación, y la tercera, aún vigente, caracterizada por el ancla salarial que permite sostener la situación cambiaria.
Mientras los gobiernos construyen los relatos de la realidad del trabajo a su conveniencia, los datos del mercado laboral marcan la precariedad como un horizonte inevitable en el largo plazo.
Analizado por sectores, entre noviembre de 2023 y junio de 2025, el ingreso promedio del sector privado registrado cayó 0,6%. Aunque observado en perspectiva histórica, el salario real privado de mayo de 2025 se ubica 13,3% por debajo del nivel de diciembre de 2017.
Mientras que el sector público, en cambio, sufrió una caída del 14,3% entre noviembre de 2023 y junio de 2025, “consolidando la mayor pérdida relativa de todo el período analizado”.
“En conjunto, el total registrado cayó un 5,5%, reflejando que el ajuste recayó de forma mucho más intensa sobre el empleo estatal que sobre el privado”, plantea el documento.

Por otra parte, el Centro de Economía Política Argentina (CEPA) presentó un documento en el que registraron los motivos de los conflictos laborales en el sector industrial como otra característica de la situación de los trabajadores.
De los casos relevados se desprende que el 72,2% es motivado por despidos, le siguen suspensiones (14,8%) y otro tipo de conflictos (13%), entre los que se encuentran atrasos salariales, cierres, quiebres y venta de empresas.
Tras la falta de acuerdo entre las centrales obreras y el sector patronal, el gobierno nacional establecerá el aumento por decreto.
En este contexto quedó fijado el Salario Mínimo Vital y Móvil (SMVM) de septiembre en $322.200 para 48 horas semanales, o $1.610 por hora. El SMVM establece la base de los ingresos de los trabajadores formales y por el cual se calcula el monto de prestaciones sociales y programas de asistencia.
Además, el documento de CIFRA, publicado a finales de agosto indica que el salario mínimo se ubicó para el mismo mes en un nivel real que resulta 43,4% más bajo que en noviembre de 2019, al final del gobierno de Cambiemos, y 56,7% menor que en noviembre de 2015.
“Si el salario mínimo no hubiese perdido poder de adquisitivo a lo largo de esta década, superaría actualmente los $ 740.000”, consideran los analistas. En síntesis, “el valor real del salario mínimo es inferior al que rigió durante la mayor parte de la década de 1990”, sentenciaron.
Los bancos están sentados en posición de autoridad determinando el preció del dólar y del salario. Mientras, el FMI pide ajuste y privatizaciones para cobrar los créditos otorgados.