Los programas nacionales buscan amortiguar los efectos de la crisis en la población trabajadora. Mientras tanto, el aumento de la pobreza y el desempleo son una tendencia que parece no tener fin a corto plazo.
El director de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en Argentina, Pedro Américo Furtado de Oliveira, dijo que las “proyecciones indican que como consecuencia del impacto de la pandemia se perderían este año entre 750.500 y 852.500 empleos en el país”, sobrepasando hasta sus peores proyecciones al comienzo de la cuarentena.
La situación se enmarca en los 25 millones de empleos en todo el mundo que la OIT estimó que podrán perderse, con recortes de ingresos que alcanzan los USD 3,4 billones. En el caso de Argentina, las actividades más perjudicadas vienen siendo la Construcción, las Manufacturas y el Trabajo Doméstico.
Cómo vivimos
Cuando hablamos de números en términos generales es difícil dimensionar el problema al que aluden. Al mismo tiempo, nada nos dicen sobre el desarrollo real, y mucho menos su forma de solucionarlo.
Por ello, el lector aquí deberá esforzarse por crear esa conexión entre el número frío e insensible, con la realidad palpable y material que vive todos los días. Lo que buscamos es identificar a grandes rasgos las condiciones en que los trabajadores se ofrecen al mercado con su única propiedad: su fuerza de trabajo.
A pesar de la precaria muestra a la que se tiene acceso, se pueden identificar algunas tendencias importantes. En cuanto a las condiciones de vida hay un gran cúmulo de datos del INDEC que nos ofrece un pantallazo general de lo que buscamos.
Según los Indicadores de condiciones de vida de los hogares del segundo semestre del 2019, el 15,5% (alrededor de 6.886.000 de personas) viven hacinadas. En cuanto al acceso a servicios 3.300.000 de personas no tienen acceso a agua corriente, 9.874.000 a gas de red y 9.426.000 a cloacas. El 49,9% (o sea 13.984.000 personas) no acceden a alguno de estos tres servicios.
En cuanto a su ubicación, 2.270.000 personas habitan cerca de basurales y 3.768.000 en zonas inundables, además de que 2.566.000 personas ocupan ilegalmente el hogar donde viven.
Mercado de Trabajo
Según las Tasas e indicadores socioeconómicos de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) del primer trimestre de 2020, el 36,5% de las personas del país buscan trabajo (desocupadas, ocupadas demandantes de empleo y subocupadas demandantes de empleo).
Algunos de los datos más notorios son que en el Gran Córdoba los ocupados demandantes de empleo son el 31,2%, por lejos la tasa más alta del país. La tasa de desocupación más alta el Gran Rosario con 12,9%, y le siguen Santa Fé y Paraná con 6,4% y 6,2% respectivamente.
Este último dato del Gran Rosario es llamativo porque la tasa de actividad de esa misma región es la segunda mayor del país. Además, la Secretaría de Agroindustria y Bolsa de Comercio de Rosario comunicó que las firmas del sector agroexportador (su gran mayoría en Rosario) liquidaron cerca de 2 billones de dólares en 2019.
En cuanto a los ingresos, en el primer trimestre de este año, la EPH también mide la distribución del ingreso, donde pudimos extraer que 2.854.501 personas viven con tan sólo $4.571 o menos. El 50% de la población (más de 22.500.000 de personas) viven con $14.500 por mes, representando el 20,1% del ingreso total registrado.
Consumo
En cuanto a las condiciones de vida, es interesante ver cómo varía el consumo de ciertos bienes y servicios a lo largo del tiempo. A pesar de la gran cantidad de trabajadores y trabajadoras en condiciones paupérrimas existe un consumo mínimo imposible de reducir que consta del costo de vida familiar.
En los quintiles más bajos (grupo de población con menor ingreso) el porcentaje de gastos destinados a alimentos respecto a los ingresos totales es mayor. Mientras que en los quintiles más altos se destina más dinero a educación, cultura y recreación, entre otros.
En términos generales, podemos ver cómo ganó terreno el punto de Transporte y Comunicaciones con el mayor aumento desde 1985 al 2005, en comparación al consumo de Alimentos. Algunas estimaciones hablan de que esa brecha en la actualidad aumentó aún más considerablemente con el desarrollo de las nuevas tecnologías y el papel que ocupan en la comunicación.
En cuanto al Índice de Precios al Consumidor (IPC), en junio de 2020, hubo un aumento promedio del 13,6%. Aunque el aumento de Alimentos y Bebidas, lo que más consumen los hogares, aumentó un 17,2% en lo que va del 2020.
Empleo en la pandemia
Antes de comenzar la pandemia, según la Secretaría de Seguridad Social, del Ministerio de Trabajo de la Nación, entre enero y marzo de 2020, 35.000 trabajadores registrados fueron despedidos sin causa.
Ya en cuarentena, la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) informó a comienzos del mes pasado que entre abril y mayo 18.546 empresas dejaron de declarar ante la Seguridad Social 284.821 trabajadores.
En la misma semana el Ministerio de Trabajo publicó el informe del Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA) de ANSES, que muestra que el empleo formal privado en abril tuvo una pérdida de 185.000 puestos de trabajo. Si la comparación se hace respecto del mismo período de 2019, la baja llega a 364.000 trabajadores.
A su vez, el registro de pérdida de trabajo de estos organismos no contempla los informales y cuentapropistas que, según los cálculos de Agustín Salvia, director del Observatorio de la Deuda Social Argentina (ODSA), al comienzo de junio ya había entre 800.000 y 900.000 puestos de trabajo menos, incluyendo asalariados, no asalariados, formales e informales.
A ello se le suman las suspensiones, donde un trabajo de Capacitación y Estudios sobre Trabajo y Desarrollo (CETyD) de la Universidad Nacional de San Martín dijo que unos 450 mil trabajadores fueron suspendidos durante el mes de abril.
Paritarias
El escenario del cual debemos partir para hablar de paritarias es el acuerdo entre la CGT y la Unión Industrial Argentina (UIA) en el que dá la posibilidad de suspender a trabajadores con el cobro del 75% de su salario.
Según datos que surgen del índice de la Remuneración Imponible Promedio de los Trabajadores Estables (RIPTE) que elabora mensualmente la Secretaría de Seguridad Social, hasta el mes de abril los salarios aumentaron un 14,3%, representando un 3% menos que el IPC de alimentos y bebidas del mismo período. Además teniendo en cuenta que ese indicador sólo es válido para los empleos formales.
En las últimas semanas, en algunos sectores se han llevado a cabo procesos de negociación, donde se destacan Aceiteros con un aumento del 25%, Bancarios con un 26%, y sólo hace unos días la Federación de Camioneros acordó con las cámaras del sector un 30% anual con revisión en febrero de 2021.
A pesar de ello, los sectores con mayor cantidad de trabajadores, según la OIT, ni siquiera están en proceso de negociación, como lo son el Comercio y la Construcción. En ellos se concentra casi el 20% del empleo total en Argentina.
En el caso de la enseñanza, que es el cuarto rubro con mayor cantidad de trabajadores en el país, según pudo indagar este medio, los trabajadores de La Pampa han conseguido un 12% de aumento escalonado en tres meses, y los sindicatos Ctera, UDA, CEA, Sadop y Amet, acordaron hace dos semanas un aumento de $4.840 por cargo y en cuatro tramos.
También, hace dos semanas, la Federación de Docentes de las Universidades Nacionales (FEDUN) acordó un bono extra por $4.000 por única vez.
Por último, los trabajadores estatales se han visto perjudicados con el pago de aguinaldo en cuotas en algunas provincias y sin vistas de aumento salarial en el corto plazo.
Políticas de Gobierno
En ese marco, el Gobierno Nacional impulsó políticas para que la pandemia no afecte de forma drástica a la clase trabajadora. Algunas de ellas tienen que ver con programas de empleo, salarios complementarios o bonos específicos por actividad autogestionada o cooperativa.
A juzgar por lo anterior, la decadente tendencia de las condiciones de vida de la población parece no tener fin a corto plazo, incluso la propia OIT ve con descrédito la verdadera efectividad de las políticas públicas tendientes a mejorarlas.
En los programas relevados por este medio, el Gobierno lleva invertidos alrededor de $250.000 millones. De los programas podemos destacar el Ingreso Familiar de Emergencia (IFE), que consta de un ingreso único de $10.000, y se replicó tres veces en lo que va de la cuarentena, llegando a casi 9 millones de trabajadores.
Luego, al encontrarse con que muchos trabajadores no pudieron cobrar el IFE, a través del Potenciar Trabajo (que contempla dos programas: Hacemos Futuro y Salario Social Complementario) 260.000 personas obtuvieron un bono único de $3.000.
Los trabajadores en relación de dependencia no fueron los únicos destinatarios de los programas de gobierno. También el Programa Trabajo Autogestionado dio una suma de $16.500 por trabajador a 450 firmas, donde trabajan alrededor de 18 mil trabajadores.
Posiciones locales
Tribuna conversó con tres referentes gremiales de la ciudad que expresaron su postura respecto a la situación. Para Edgardo Garmendia, secretario general de la CGT local y de AOITA, “en el mundo entero esta tendencia está golpeando muy fuerte a millones y millones de desocupados”. Por ello, para salir “necesitamos una gran mesa de diálogo donde estén todas las partes y podamos tirar todos juntos de este carro”.
En cuanto a la actualidad, “es una oportunidad para reconvertirse, y no va a ser fácil, pero hay que dar la batalla. Hay sectores que están muy complicados, unos más que otros, pero con el esfuerzo de todos vamos a salir adelante”, concluyó Garmendia.
Mientras tanto, Gustavo Vilches, secretario general de la CTA Autónoma de Villa María, “es preocupante, porque creíamos que con el cambio de Gobierno se iba a empezar a recuperar los puestos de trabajo perdidos, pero no hubo tiempo de reaccionar como lo soñábamos”.
“La cantidad de pobreza, hambre y puestos de trabajo se siguen perdiendo por la situación que estamos atravesando a nivel mundial”, y “nosotros lo vemos reflejado en la ciudad y en la región”.
“La situación esta difícil, muy difícil”, pero “estamos todos trabajando, la CGT, la CTA y el Frente Sindical, para ver en qué podemos aportar nuestro granito de arena y sostener un poco la necesidad que hay en las dos villas y en la región”, concluyó Vilches.
Por su parte, Mariano Peralta, secretario seccional de Luz y Fuerza, comentó a este medio que “Argentina vive una realidad muy compleja, que es la que vive el mundo entero. No se encuentran recursos para hacer frente a esta crisis.”
En cuanto al aumento de la desocupación y pobreza “son números que preocupan mucho y nos deberían entristecer a cada uno de los ciudadanos de la Argentina. Pero esto no nos tiene que paralizar, tiene que ser el motor para salir adelante”.