Con más de 150 personas evacuadas y 40.000 hectáreas quemadas, el fuego en las sierras de Córdoba se “contuvo”. Te contamos cómo fueron las últimas semanas de un panorama devastador.
Aunque se desconoce el motivo real sobre su inicio, bien sabemos cuál fue el desenlace de los incendios en las sierras de Córdoba. Actores del sector político y económico movilizaron recursos, se posicionaron al respecto y los incendios, que ya forman parte del paisaje cordobés de todos los años, develó un complejo escenario de intereses inmobiliarios y ganaderos en juego.
Incendio en las sierras
Según la Secretaría de Agricultura Familiar, el foco comenzó en la zona sureste del Departamento Ischilín, en el paraje Cerro Negro, extendiéndose luego hacia el noroeste con el cambio de viento sur el 13 de agosto.
Más de diez días después, en la cuenta oficial de Twitter del Gobierno de la Provincia indicaron que “con un fuego descontrolado”, avanza el incendio “en los departamentos Ischilín y Punilla” donde “se encuentran trabajando 170 bomberos con auto bombas y camiones cisterna”, número que llegaría a cerca de 400 a final de semana en los distintos puntos.
Según las fuentes, alrededor de 12 cuarteles de bomberos actuaron en los distintos focos, además de todo el personal del Plan provincial de Manejo del Fuego, Defensa Civil, Gestión de Riesgo, la colaboración de intendentes y jefes comunales de las zonas afectadas y Policía Caminera.
Hasta hace una semana se informó de manera oficial que hubo más de 150 evacuados, sin sumar los autoevacuados, y el fuego destruyó cuatro viviendas rurales. Además el ministro de Agricultura y Ganadería de Córdoba, Sergio Busso, estimó este miércoles que son cerca de 40.000 las hectáreas afectadas y que “el 90% de los afectados son pequeños productores con menos de 100 animales”.
También la Federación Argentina de Cámaras Agroaéreas (Fearca) emitió un comunicado donde pusieron a disposición sus aviones para ayudar a contener los incendios.
Emergencia agropecuaria
El 25 de agosto, el Gobierno de Córdoba declaró la emergencia agropecuaria en las zonas afectadas por los incendios, con el objetivo de sumar fondos nacionales para asistir a los productores afectados por el fuego que, según datos oficiales, hasta el momento ya arrasó más de 30.000 hectáreas.
Daniel Ahumada, referente de la filial Sierras Grandes de FAA, dijo que “la situación es desesperante” y que los incendios se producen porque “desde el área de Ambiente del ministerio de Córdoba no permiten limpiar ni siquiera 5 metros de cada lado del alambre, porque supuestamente protegen bosque nativo, no se puede hacer corta fuegos”.
Posteriormente, la semana pasada, desde el centro operativo montado en Charbonier, al norte de Punilla, el secretario de gestión del Riesgo de la provincia, Claudio Vignetta, confirmó al diario La Voz que todos los focos de fuego que este jueves estaban activos habían logrado ser contenidos.
Para Gustavo Nicola, director de Operaciones de la Federación de Bomberos Voluntarios, “el 99% de todos los incendios son por la mano del hombre”, ya sea por descuidos, por accidentes o por falta de experiencia. Pero también, intencionales, para rebrote de pasturas para el campo.
Según el último reporte del Servicio Nacional de Manejo del Fuego, el 95 por ciento de los focos fueron provocados por intervenciones humanas, donde dentro de las principales causas se encuentra la preparación de áreas de pastoreo con fuego.
También Greenpeace, la ONG ambientalista, a través de un comunicado en su página web dijo que en Córdoba, durante las últimas dos semanas se quemaron cerca de 50.000 hectáreas de bosques nativos, lo que equivale a dos veces y media el tamaño de la ciudad de Buenos Aires.
Se expande la frontera del agro y la construcción
Los datos sobre la expansión de los negocios económicos sobre el monte nativo de las sierras cordobesas no son de fácil acceso. En otros lugares del mundo, como por ejemplo la Amazonia brasileña, se tienen registros de cómo el fuego abre lugar al negocio agropecuario sobre la densa selva continental.
Aunque sobran los testimonios que año tras año en lugares donde antes había bosque nativo hoy se explota para la ganadería o el negocio inmobiliario, supuestamente protegido por la Ley de Ordenamiento Territorial de Bosques Nativos Nº9814. Según el INTA y el Gobierno de la Provincia de Córdoba, el 50% de las tierras en la provincia tienen aptitud agrícola, y con las tecnologías disponibles esas fronteras pueden ampliarse aún más.
El programa Infraestructura de Datos Espaciales de la Provincia de Córdoba (IDECOR) elaboró un mapa de cobertura de suelos en el año 2019 donde aproximadamente el 30% de la cobertura del suelo es natural, correspondientes a 5 millones de ha.
El diario La Voz difundió un estudio llevado a cabo por científicos del Instituto Gulich, perteneciente a la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (Conae), donde estima que unas 2.152.000 hectáreas fueron quemadas en incendios desde 1999 hasta 2012 en Córdoba.
Laura Bellis, bióloga integrante de este estudio, dijo que la deuda pendiente es la prevención. “Se habla mucho del combate del fuego y de la educación. Pero de la prevención no, y para mí eso es lo que está faltando. Me refiero al ‘manos a la obra’: al hacer manejo de los pastizales y a controles más estrictos.”
Las sierras cordobesas se caracterizan por su fuerte utilización turística que trae aparejado un avance de la urbanización, cómo compra de propiedades en medio del monte. Sobran los ejemplos de barrios, countries y hasta casas particulares que -incluso sin necesidad de que haya pasado ningún fuego “accidental”- destruyen algunos metros cuadrados de monte para construir allí.
En el portal El Esquiú, Guillermo Galliano, presidente de la Fundación Mil Aves, denunció que los incendios no son accidentes aislados. El ambientalista comentó que “los incendios más grandes se dan en el arco noroeste y en las sierras de Córdoba y los countries, u otras urbanizaciones, llegan tiempo después del fuego. Pasó en Ascochinga, pasó en Sierras Chicas, pasó en Falda del Carmen, en Falda del Cañete y en la zona de Unquillo”. En conclusión “quieren hacer loteos”, sentenció.
Asimismo, no existen registros serios por parte de la provincia para evaluar el proceso. Laura Foradori, investigadora ambientalista y docente de la UNVM, comentó el fin de semana a El Diario que “se ha difundido información confusa e incorrecta”, ya que “conforme al marco normativo vigente no se pueden hacer cambios o modificaciones en el uso del suelo en caso de incendios de superficies de bosques nativos protegidos”.
Según la especialista “así lo establecen de manera explícita dos leyes de presupuestos mínimos (de Bosques Nativos Nº 26.331 y de Incendios Forestales N° 26.815) que rigen en todo el país, constituyendo un piso mínimo de protección ambiental inderogable para las provincias y municipios”
Aunque, según Galliano, “si los bosques que se prendieron fuego son de categoría roja o amarilla, no se podría cambiar el uso de suelo. Y no se podrían habilitar los loteos. Pero cuando un incendio se da tres o cuatro años seguidos en el mismo lugar, es muy difícil que la vegetación se recupere. Ese es el argumento que utilizan los desarrollistas -muchas veces junto a las autoridades locales- para otorgar factibilidad para lotear, dado que ya no queda bosque nativo”.
Movilización en Villa María
El domingo 31 de agosto, en Villa María y otras ciudades de la provincia se realizaron actividades y movilizaciones en defensa del bosque nativo. Particularmente en la ciudad se realizó una concentración en Plaza Centenario del centro y una bicicleteada bajo la consigna “Somos el monte que marcha, Córdoba se encuentra en emergencia ambiental”.
Tribuna tuvo la oportunidad de conversar con Ticiana Aimar, de la Asamblea socioambiental “El monte nativo vuelve”, donde nos comentó que organizaron las instancia desde la coordinadora a nivel provincial, donde se juntan vecinos autoconvocados. Decidieron movilizarse por su “descontento de lo que pasa en la ciudad de Villa María, no sólo en las Sierras. Acá lo que queda se está prendiendo fuego”.
Además denunció que se enteran de “incendios bastante periódicos en el Algarrobal”. El mismo “es en parte propiedad municipal y otra es privada, por eso nuestra lucha desde la asamblea es que todo pueda volverse reserva”, sumándole la “responsabilidad política que sale a decir que ´está todo controlado´ pero sabemos que no es así”.
En divergencia con Foradori, Ticina nos comentó que “la legislación no se cumple plenamente, por ello exigimos la renovación del mapa territorial que hace ya 10 años que no se renueva tras las modificaciones, y que se cumpla con lo que se establece en el reglamento”.