El 2021 es año de elecciones en Latinoamérica. Argentina, Perú, Ecuador, Chile, Honduras, Nicaragua, México, todos tendrán por lo menos una instancia electoral. El próximo domingo 11 es una fecha a marcar en el calendario, porque se definirá el futuro de los próximos años en Ecuador y en Perú, dos países que fueron el escenario de una fuerte inestabilidad política entre el 2019 y el 2020.
Segunda vuelta en Ecuador.
Ante todo, hay que comprender el panorama ecuatoriano. Ecuador fue uno de los focos de protesta social durante el 2019 tras el “giro neoliberal”, y la ruptura con los sectores progresistas del correísmo, de Lenin Moreno (vicepresidente de Rafael Correa entre el 2007 y el 2013, y sucesor político del mismo), las manifestaciones terminaron con una fuerte represión policial, heridos y fallecidos. Uno de los principales dirigentes políticos del país, Correa (hoy residente en Bélgica), es sentenciado a 8 años de prisión por un caso de corrupción por lo que se vió impedido a presentarse como candidato. La crisis política, social y económica (agravada en la pandemia) generó fuertes críticas a la totalidad del arco político (por ejemplo, Lenin Moreno tiene un 90% de imagen negativa), y la distancia entre la esfera política y la sociedad civil se agranda cada vez más.
En este marco particular se dieron las elecciones generales del 7 de febrero de 2021. Allí, el candidato apoyado por el correismo, Andrés Arauz (ex-ministro de Correa y candidato por UNES), se posicionó primero con un 32,72% de los votos pero no le alcanzó para llegar a la presidencia. La disputa por la segunda plaza que disputará la presidencia en la instancia del ballotage se inició horas antes del cierre del conteo de votos entre el candidato conservador Guillermo Lasso (un ex-banquero y referente del Movimiento CREO) y el candidato del indigenismo Yaku Perez (un abogado y dirigente del movimiento indígena, candidato del Pachakutik); disputa que tuvo fuertes cruces entre ambos candidatos y que terminó con la definición de Lasso como el candidato que buscará hacerle frente a Arauz. Yaku Perez (quien quedó tercero por sólo 0,35% de diferencia con Lasso) no reconoció el resultado y denunció fraude.
El domingo 11, por tanto, se dará la segunda vuelta entre Arauz y Lasso para definir quién será el sucesor de Lenin Moreno. La pregunta aquí es ¿qué podemos esperar? el porcentaje de indecisos sigue alto (17%), hay una porción del electorado que ha votado a Yaku Perez o a Xavier Hervas (candidato del partido “Izquierda Democrática” que obtuvo el 15,68% de los votos el 7 de febrero, y que ha insinuado su apoyo a Lasso para el ballotage) que será objeto de disputa entre los dos candidatos que participarán en la segunda vuelta. Posiblemente exista un porcentaje para nada desdeñable de votos nulos, ya que desde algunas organizaciones indígenas se ha llamado a ello (a pesar de las disparidades y tensiones entre los dirigentes de estas organizaciones).
Habrá que observar hacia dónde se dirige el voto de estos sectores en un país donde el clivaje tradicional entre izquierda y derecha es insuficiente para entender la realidad política ya que, entre otras cosas: a) al igual que en la Argentina y el clivaje peronismo/antiperonismo o kirchnerismo/antikircherismo, existe una fuerte disputa correismo/anticorreismo; y b) el movimiento indígena, con fuerte presencia en Ecuador, se ha mostrado como opositor tanto hacia el gobierno de Rafael Correa como al modelo propuesto por Guillermo Lasso.
A menos de una semana de esta instancia electoral, la mayoría de los sondeos dan por ganador a Arauz, aunque existen otros que pronostican el escenario contrario. Pasan las horas y el futuro, por el momento, es incierto.
Perú: muchos candidatos, ninguna certeza.
Argentina. Año 2001. La crisis económica y social decanta en fuertes movilizaciones y en una inestabilidad política pocas veces vista, el presidente renuncia con una plaza de Mayo en llamas, se suceden 5 presidentes en una semana. El resultado da lugar a una ruptura del sistema de partidos que se refleja en una elección presidencial en 2003 donde el 90% de los votos se reparte entre 5 candidatos y donde la diferencia entre el primero y el quinto es de tan solo 10 puntos: 24,45% obtiene Carlos Menem, 14,1% obtiene Rodríguez Saa. Aparece la necesidad de una segunda vuelta entre Menem y Néstor Kirchner (22,25%), pero el primero, ante la imposibilidad de ganar en el ballotage, abandona y el santacruceño se convierte en presidente.
¿Por qué traemos esto para hablar de las elecciones en Perú? Porque el panorama es bastante similar. Durante el año 2020 el país andino sufrió una conjunción de problemáticas: una fuerte contracción económica, fuertes impactos en materia sanitaria por la pandemia (teniendo una de las tasas de mortalidad más alta en todo el mundo) y una crisis institucional que dió lugar a 3 presidentes en una semana. La inestabilidad político-institucional en Perú no es nueva sino que viene hace unos cuantos años, no podemos olvidar las causas de corrupción de, entre otros, Ollanta Humala, Kuczynski, Alan García (quien se terminó suicidando cuando la policía se disponía a detenerlo), etc. Vizcarra (vicepresidente durante el gobierno de Pedro Pablo Kuczynski, quien asumió cuando éste renunció en 2018) fue destituido el 9 de noviembre, momento en el cual asume Manuel Merino quien renuncia el 15 del mismo mes envuelto en fuertes protestas, y tras este asume Francisco Sagasti, quien se mantiene en el cargo hasta hoy.
El panorama se completa si observamos el tablero para este domingo 11: 18 candidaturas oficializadas, según una encuesta 7 de esas candidaturas concentrarían el 55,8% de los votos, y se habla de un quíntuple empate donde la diferencia entre la primera (Keiko Fujimori, hija del expresidente neoliberal Alberto Fujimori) y la quinta (Verónika Mendoza, representante del feminismo y la centro-izquierda peruana) es de tan sólo 2,5% puntos. A su vez el 44% de las y los peruanos todavía no tienen decidido a quien otorgará su voto.
Las elecciones mostrarían una hiperfragmentación del sistema de partidos peruano y una fuerte crisis de representación política en la sociedad peruana. El panorama está sumamente abierto, es casi imposible determinar quiénes se enfrentarán en una (obvia) segunda vuelta. Lo que sí podemos advertir es que el desgaste político, la falta de respuesta ante las demandas sociales, las constantes crisis institucionales, y la crisis económica y sanitaria en el 2020 dieron lugar a una ruptura del contrato social entre la política y la sociedad.
La instancia electoral del domingo en Ecuador y Perú no implica sólo una cuestión de importancia para la realidad interna de estos países, sino que representará una fotografía de qué esperar en toda Latinoamérica. Una instancia electoral en medio de una pandemia que trajo consigo graves problemas sociales, sanitarios, económicos y políticos, y en medio de un clima de tensión en gran parte de la región que no viene sólo del 2020 sino de hace unos años. No se juega sólo el futuro de ambos Estados, sino que se marcará la cancha para las próximas instancias electorales en nuestro continente. Ahora solo queda sentarse a esperar que pasen los días.
Otro dato sobre elecciones latinoamericanas: este domingo 11 también debería ser el escenario de las elecciones a constituyentes en Chile, pero el senado, a pedido de ejecutivo y en el medio de un aumento de los casos de Covid-19, aprobó el aplazo de las elecciones para el 15 y 16 de mayo.
Opinión de Tomás Silvano- Estudiante de Cs. Política de la Universidad Nacional de Villa María