La familia Borrell, dueña de la firma ArreBeef, precariza, amenaza y denuncia a sus trabajadores, mientras que la policía bonaerense reprimió con armas de fuego la toma llevada a cabo por las familias.
Hace aproximadamente dos meses los trabajadores del frigorífico ArreBeef, ubicado en Pérez Millán (provincia de Buenos Aires), comenzaron una huelga contra las medidas de precarización, situación que venían denunciando desde hacía un largo tiempo.
Al lanzarse la medida de fuerza el gobierno dictó la conciliación obligatoria y desoyó los pedidos de los cerca de 1000 trabajadores de la planta industrial perteneciente a la empresa. Durante esos días su presidente, Hugo Borrell, dijo que era incapaz de resolver el problema, por lo que “hoy lamentablemente tengo que informarles que ArreBeef ha dejado de funcionar. ArreBeef no va a trabajar más”.
La intervención de este nefasto personaje concluyó diciéndoles a los trabajadores presentes que “se deberán hacer cargo de explicarle a su familia por qué hemos hecho lo que hemos hecho“.
Posterior al anuncio del empresario la comunidad local se movilizó contra la amenaza de cierre que, según comentan los trabajadores, viene siendo utilizada por la empresa para bajar los acuerdos salariales.
Amenazas y denuncias
Luego de varias semanas intentando establecer diálogo nada se había solucionado, ya que la empresa sigue sin garantizar el pedido respecto a las condiciones de trabajo y los magros $20.000 por quincena que les abonaban como sueldo.
Tras varios aprietes y amenazas a los trabajadores, hace aproximadamente 15 días, el empresario Borrell decidió llevar el conflicto al ámbito legal. Según Juan Manuel Combi, el abogado de los trabajadores de la planta, “se apunta a los trabajadores por compulsión a la huelga y delito de estafa. Es un hecho muy grave, [ya que] no existe la estafa en una huelga”.
“La denuncia de la empresa, no sorprende”, comentaba el abogado, pero esto pasó a mayores ya que los fiscales ordenaron ese mismo día “una represión en horas de la madrugada con disparos de armas de fuego”, a pesar de haber abierto el diálogo fluido entre las partes.
Los nombres de los fiscales que ordenaron la represión se desconocen. Los trabajadores del frigorífico denuncian que la decisión fue tomada por el ministro de Seguridad de la provincia de Buenos Aires, Sergio Berni, junto al gobernador y el intendente de la localidad de Pérez Millan.
La carne y ArreBeef
La planta industrial frigorífica de ArreBeef cuenta con una superficie de 26.200 m2 y comercializa sus productos bajo cuatro marcas distintas, destinados tanto al mercado local como internacional. También la empresa tiene una planta localizada en Escobar con capacidad para despostar 400 toneladas al mes.
La familia Borrell, dueña de la firma, está a cargo de gran parte del negocio de la carne bovina en el país. Junto a las familias locales Riusech, Borrell y Braun, las empresas JBS -brasileña, hoy en manos de Minerva Foods- y Compañía Central Pampeana -china-, forman parte del selecto grupo de la industria bovina nacional.
Además, la Compañía Bernal (integrada por los controlantes de Gorina, Viande, y ArreBeef), se encuentra dentro de los 6 primeros frigoríficos con mayor capacidad de faena del país, con un acumulado de 153.283 cabezas.
Según el Consorcio de Exportadores de Carnes Argentinas (ABC) en el 2020 -sólo de carne bovina- se exportó una cantidad valuada en 2.977 millones de dólares. El 75% del total de ese volumen fue a China, y sólo 5 empresas concentran el 50% de las exportaciones totales (entre las que se encuentra la familia Borrell).
Ayer se venció el plazo de la conciliación obligatoria y los trabajadores se encuentran a la espera de la nueva negociación paritaria y reapertura de la empresa. Las 1000 familias siguen en una situación desesperante ante la imposibilidad de saber si la empresa decidirá continuar o no con la actividad, además de no tener garantías de mejora en las condiciones de trabajo.
Durante el transcurso de esta semana, el abogado de los trabajadores presentará un recurso de amparo ante las presiones judiciales.