El presidente Alberto Fernández propuso una “renovación de la arquitectura financiera internacional” que posibilite un “canje de deuda por acción climática”.
Ayer tuvo lugar la apertura de la Cumbre por el Clima organizada por el Gobierno de Estados Unidos y la ONU. La misma se desarrolló con epicentro en Washington, bajo la nueva administración del demócrata Joe Biden, y varios presidentes participaron de forma virtual.
El eje central es la reducción de la temperatura que viene en ascenso a nivel global, en línea con lo planteado en encuentros anteriores.
La temperatura media de la superficie terrestre ha aumentado más de 0,6ºC desde los últimos años del siglo XIX debido al proceso de industrialización y, en particular, a la combustión de cantidades cada vez mayores de petróleo y carbón, la tala de bosques y algunos métodos de explotación agrícola.
En la apertura de la misma, el presidente estadounidense, Biden, prometió reducir un 52% las emisiones de gases con efecto invernadero para 2030. Acompañaron en la apertura Kamala Harris, vice de EE.UU., y el secretario general de la ONU, António Guterres.
Por su parte, el presidente chino, Xi Jinping, aseguró que “China desea trabajar con la comunidad internacional, incluyendo a Estados Unidos, para impulsar conjuntamente la gobernanza medioambiental a nivel global. Limitaremos de forma estricta el aumento en el consumo de carbón durante el periodo del XIV plan quinquenal (2021-2025) y lo reduciremos para el periodo del XV plan quinquenal”.
Jair Bolsonaro, presidente de Brasil, aceleró los pronósticos de reducción de emisión buscando alcanzar la neutralidad de carbono para 2050, diez años antes del anterior compromiso medioambiental del país.
En el caso del presidente argentino, Alberto Fernández, además de acompañar los objetivos de reducciones de gases, sostuvo que resulta necesario una “renovación de la arquitectura financiera internacional” que posibilite un “canje de deuda por acción climática”.
También fue parte de la misma, la titular del FMI (Fondo Monetario Internacional), Kristalina Geogierva quien sostuvo que el cambio climático representa enormes riesgos para el desarrollo económico, pero también ofrece “increíbles oportunidades para inversiones transformadoras y empleos ecológicos”.
“Debido a la urgencia para actuar, proponemos un precio internacional mínimo para el carbono entre los grandes emisores, como el G20. La atención en un precio mínimo del carbono entre un pequeño grupo de grandes emisores podría facilitar un acuerdo, que cubra hasta un 80% de las emisiones globales”, amplió en su intervención.
Además participan del Foro: Sebastián Piñera (Chile); Iván Duque Márquez (Colombia); Andrés Manuel López Obrador (México); Angela Merkel (Alemania); Mette Frederiksen (Dinamarca); Jacinda Ardern (Nueva Zelanda); Erna Solberg (Noruega); Scott Morrison (Australia); Narendra Modi (India); Benjamin Netanyahu (Israel); Mario Draghi (Italia); Emmanuel Macron (Francia); Vladimir Putin (Rusia); entre otros.
Gases de efecto invernadero (GEI)
Los gases que producen efecto invernaderos se encuentran presentes en la atmósfera terrestre y su concentración atmosférica es baja, pero tienen una importancia fundamental en el aumento de la temperatura del aire próximo al suelo, haciéndola permanecer en un rango de valores aptos para la existencia de vida en el planeta.
Los gases de invernadero más importantes son: vapor de agua, dióxido de carbono (CO2) metano (CH4), óxido nitroso (N2O) clorofluorcarbonos (CFC) y ozono (O3).
El efecto invernadero es un proceso por el cual estos gases “atrapan” la radiación que la Tierra emite al espacio. Esta emisión de la Tierra es producto del calentamiento de su superficie debido a la radiación solar provocando que el efecto invernadero incremente la temperatura media de la Tierra alrededor de 33 °C más que si este proceso no ocurriera.
Según el Sistema Nacional de Inventario de GEI en el caso de Argentina las emisiones correspondientes al Tercer BUR (Informe Bienal de Actualización) elaborado en 2018-2019 muestran unos 364 Mt CO2e, provenientes de: 53% Energía; 37% Ganadería, Agricultura, Silvicultura y otros usos de la tierra; 6% Productos industriales y usos de la tierra; 4% por Residuos.
A su vez, al interior del sector de Energía, se explica que las emisiones provienen un 33% de la Industria de la Energía; 26% del uso de Transporte; 18% de la Industria Manufacturera y de la Construcción.