Los bitcoins vienen ganando terreno como nuevas monedas en curso saltando las barreras impuestas por el dólar, el euro o renminbi (yuan) emitidas por los Bancos Centrales. Esta nueva forma surge en la competencia por la acumulación en la fase digital de la economía.
E
Las criptomonedas son monedas alternativas digitales que constituyen nuevas formas de intercambiar mercancías. Estas, a diferencia de las monedas de curso legal impresas por los Bancos Centrales (red centralizada) utilizan un encadenamiento descentralizado (blockchain, en inglés.) La primera criptomoneda que entró en circulación fue el Bitcoin en 2009.
Criptomonedas en alza
Desde sus orígenes las cripto han tenido un crecimiento exponencial. Durante el 2021 el volumen de trading(operaciones bursátiles) de Bitcoin alcanzó los u$s 2.1 billones, un 489% más que los u$s 356.000 millones del primer semestre del año pasado. Mientras que el volumen total de trading de Ethereum alcanzó los u$s 1.4 billones, y un aumento del 1.461% desde los u$s 92.000 millones del primer semestre, según Coinbase Institutional H1 2021 in Review. En la última semana de julio el Bitcoin llegó a cotizar a casi u$s 41.100.
Este crecimiento está siendo apoyado por algunos empresarios que apuestan a su crecimiento. Recientemente, Elon Musk, dueño de la automotriz Tesla, anunció que aceptará Bitcoins como forma de pago. Actualmente su compañía de viajes espaciales, SpaceX, posee Bitcoins y no tiene planes de deshacerse de ellos.
Las criptomonedas emergen en los mercados bursátiles y ya cotizan en las Bolsas de Valores como Ethereum con presencia Toronto, Chicago y a mediados de julio recibió la aprobación de la Comisión de Valores de Brasil.
En julio, El Salvador, país que posee como moneda al dólar, aprobó la utilización de las cripto como forma de pago. Hecho que produjo la baja en la calificación crediticia por parte de la consultora financiera Moody´s.
Intereses cruzados
En ese contexto, los Bancos Centrales buscan digitalizar sus economías y no quedar rezagados en esa competencia. Recientemente China, Estados Unidos y la Unión Europea, han mostrado avances en la construcción de plataformas por las cuales digitalizarán sus monedas para realizar operaciones comerciales.
Los Bancos Centrales son las entidades financieras encargadas de la regulación del sistema financiero y monetario de los países. Además, son los únicos que tienen la capacidad de imprimir los billetes legales en curso, y de esa manera intervenir sobre la base monetaria (dinero en curso + reservas del banco).
En ese marco, los mismos están realizando un seguimiento al avance de los criptoactivos y como ofensiva digitalizar sus monedas.
En marzo, el Bank of America, emitió un documento en el que apuntó que el desarrollo de las divisas digitales puede ser el talón de Aquiles de los criptoactivos.
“Las monedas digitales de los bancos centrales (CBDC por sus siglas en inglés) tienen como objetivo proteger a los bancos centrales contra las stablecoins, puesto que los bancos centrales ven al bitcóin como un activo de inversión, no como moneda”. El documento considera que el bitcóin es “excepcionalmente volátil” y “poco práctico” y “no encuentran una buena razón para poseer bitcoins a menos que veas que los precios suben”.
Para Jerome Powell, presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos (FED), las criptomonedas no son una alternativa al dólar y son meros “activos especulativos” sin respaldo de ningún tipo.
Recientemente durante una audiencia en el Congreso, Powell afirmó ante los congresistas, “usted no necesitaría stablecoins ni criptomonedas si tuviera un dólar estadounidense digital”. Además anunció que en septiembre la Reserva Federal publicará un informe que explicará en detalle cuáles son los riesgos y beneficios de implementar un dólar digital.
También el Banco Popular de China viene anunciando un esquema de digitalización del Yuan. En el último Foro de Davos, el presidente Xi Jing Ping, planteó que están en avances de comenzar a comercializar internamente con la moneda virtual.
Janneth Quiroz, analista del Grupo Financiero Monex, advierte que China al introducir “una moneda digital respaldada por su Banco central, va un paso adelante en cuanto a Estados Unidos. Al estar tan relacionadas las economías, no me parecería extraño que algunas otras economías como Brasil, que tiene una alta integración con China, pudiera empezar a utilizar esta moneda para realizar transacciones internacionales”.
“Al ser un producto, una moneda va disminuyendo la demanda, y entre más países empiecen a aceptar esta moneda, estarán dejando de demandar dólares. Al disminuir la demanda por dólares, normalmente disminuye el precio. Entonces, lo que estaríamos viendo es la depreciación del dólar. Estados Unidos perdería ese poder que tiene ahora, al contar con la moneda más utilizada a nivel mundial”, dijo la analista.
Deuda, emisión y guerra
Vivimos tiempos convulsionados que marcan el compás de una profunda y estructural crisis del sistema. El paisaje de época, es el tiempo de la guerra, con sus nuevas formas y geometrías en la que unas cuantas potencias capitalistas luchan por los botines y se emprenden en la destrucción de la vida y la naturaleza misma.
Hemos visto como todas las administraciones centrales del mundo han procurado un gran salvataje al capital, rescatandolas de la recesión y dejando unos cuantos retazos del fondo del tarro para la supervivencia de miles de familias en todo el mundo.
En este momento, la guerra es apalancada por la masiva inyección de dinero. De los mecanismos de impresión y reparto dinerario evitando el derrumbe económico se esconde una situación de lucha por establecer el nuevo patrón dinerario que configurará el orden mundial.
La emisión monetaria va aparejada de los incrementos en los niveles de déficits fiscales de las potencias del capitalismo occidental (se gasta por encima de lo que ingresa) y un crecimiento exponencial de deuda pública.
“La deuda global de todos los sectores subió más de 10 billones de dólares en 2019, logrando así los 255 billones. Alcanzando un 322 % de PIB, la deuda global es 40 puntos porcentuales más alta que al comienzo de la crisis financiera de 2008″, informó el Instituto Internacional de Finanzas (IFF).
Entre los mayores emisores de deuda pública del mundo se encuentra EE.UU., la primera economía capitalista (25% del PBI mundial). La deuda de EE.UU a septiembre del 2020 equivale a 23,51 billones de dólares (un 100% del PBI) y se estima que para el 2023 subirá al 107%, “el nivel más alto en la historia del país”, según informó la oficina de Servicios Presupuestarios del Congreso.
China posee más de un 1 billón de dólares en emisiones de deuda norteamericana, a través de las Letras del Tesoro siendo el tercer mayor acreedor, detrás de Japón y la Reserva Federal.
Se repite la situación para la Unión Europea (UE). Según Eurostat, la oficina de estadísticas de la UE, por primera vez en la historia la deuda de la zona euro superó a su PBI. En el primer trimestre del año ascendió al 100,5%, siendo en total 11,43 billones de euros.
Ver: Deuda récord de la Zona Euro
La guerra parte a los territorios y en su lucha por el dominio de los mismos los capitales disputan el control por el dinero, fundamental para controlar los niveles récord de deuda que alcanzaron.
Controlar el precio del dinero permite la equivalencia de los precios de las distintas mercancías, tanto en países del centro como periféricos y define los intereses que se debe a los tenedores de deuda. Aún más teniendo en cuenta que si sos el primer emisor de deuda, y a su vez el primer comprador de la misma. Algo así como controlarte a vos cuanto te debes.
En ese terreno la FED mantiene una política de encerrona. Por un lado, a medida que incrementa la emisión acarrea un crecimiento inflacionario (en EE.UU, el 70% del PBI corresponde al consumo interno). Si incrementa el precio del dólar para controlar la inflación corre riesgo de explotar la gran burbuja financiera por incremento en los intereses de deuda, produciendo un estallido en cadena.
Ver: Una gran red global
Por otra parte, el sostenimiento del precio casi a “0” desvaloriza el dólar. Allí, la moneda pierde referencia y corre peligro la estabilidad misma como moneda de referencia. Patrón que rige como moneda internacional desde la salida de la segunda guerra mundial (Acuerdo de Bretton Woods).
Ningún imperio se retiró de la partida sin antes arrasar con todo lo que hubo a su paso. Un escenario que avizora la caída del imperio del dólar producirá un enfrentamiento que se irá recrudeciendo a medida que afloren todas las contradicciones del sistema. En ese movimiento este monstruo construirá condiciones en la que los pueblos deberemos tomar decisiones para que la salida por la vía soberana no quede entrampada por el cambio de un imperio por otro.