El 21 de marzo, los cancilleres y ministros de Defensa de la Unión Europea (UE) aprobaron la creación de una fuerza militar de unos 5000 efectivos y un incremento del gasto castrense de aquí a 2025.
Josep Borrell, representante de Asuntos Exteriores del bloque, declaró en rueda de prensa que esta definición “no es la respuesta a la guerra en Ucrania, pero forma parte de la respuesta”. “Cuando empezamos a trabajar, no podíamos imaginar que en el último momento de la aprobación la situación estaría tan mal y que Europa enfrentaría un reto tan grande”, añadió.
El representante también anunció una mayor colaboración en materia defensiva contra ataques híbridos, amenazas cibernéticas o injerencias extranjeras, asegurando que “los campos de batalla del mañana también están el ciberespacio, el espacio exterior, y en alta mar”.
El interés por la creación del Ejército Europeo tiene como antecedentes las misiones conjuntas entre los Estados miembros de la UE en países como Mali o Somalia.
A partir de este compromiso, se espera que para el 2025 Europa tenga a su disposición una fuerza de despliegue rápido que permita responder a crisis bélicas y amenazas a la seguridad común del bloque europeo. Se espera que los entrenamientos conjuntos inicien en 2023.