Entrevista a Ivan Darío Rojas Moreno, militante del espacio comunitario Escuela Kimy.
En el marco de los procesos políticos que atraviesa la sociedad colombiana referidos a la conflictividad social, la violencia política, la proximidad de las elecciones de Gobierno, entre otros, conversamos con Ivan Darío Rojas Moreno, integrante de la Escuela Kimi quién nos acercó sus lecturas de la coyuntura que atraviesa Colombia.
Darío, ¿cuál es tu lectura frente a los conflictos sociales armados en Colombia?
En Colombia la estructuración de los actores que se encuentran en la guerra está dada por cuatro conflictos armados internos.
Uno entre el Estado colombiano frente al Ejército de Liberación Nacional (ELN); otro de las Fuerzas Armadas Colombianas (Ejército) frente a las Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC); una guerra que despliega el Estado frente a las disidencias post FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia); y finalmente unos conflictos regionales entre grupos armados insurgentes frente a grupos paramilitares, entre ellos se encuentra la guerra que desarrolla el ELN contras las AGC.
Para comprender la existencia de estos grupos es importante pensar en los elementos estructurales como son las desigualdades sociales y políticas del país que se reflejan, por ejemplo, en el bajo nivel de democracia existente. Por otra parte, también existe una desigualdad en el acceso a la tierra, una alta precarización en las condiciones laborales, y ello genera mecanismos de economías ilegales permitiendo que diversos actores vean en el ejercicio de la guerra un mecanismo de ascenso social.
En la coyuntura hay dos hechos que estructuran el conflicto armado actual. Por una parte, la consolidación del ELN y por otra, de las AGC. El primero es una guerrilla de origen marxista-guevarista, proclive a la teología de la liberación que ha comenzado a tener un proceso de consolidación en regiones donde históricamente ha estado asentada. En cambio, las autodefensas son un grupo post-paramilitar de derecha que busca el mantenimiento del status quo articulados a la explotación intensiva del campo, sobre todo del sector agropecuario y ganadero.
Estos grupos comienzan a tener un ascenso ligado a la economía del clorhidrato de cocaína, la minería ilegal, las rentas ilegales por el contrabando sumado a la captura corporativa del Estado. Entonces, derivado de toda la presencia de actores armados existe un alto crecimiento de la conflictividad armada en todo el país.
Podríamos decir que hay una tipificación de los actores de la población civil que son atacados vinculado a líderes sociales. Estos son personas que están dentro de los territorios y promueven los derechos y la defensa en sus territorios frente a las dinámicas extractivistas y ejercen liderazgos comunitarios muy fuertes en pro de la construcción de la paz territorial.
Otra cuestión es que a partir del 2018 vuelve a aparecer un fenómeno social con incidencia que son las masacres. Esta es una acción de política del miedo que se desarrolla en el país realizada por grupos paramilitares, post- FARC y actores armados de las fuerzas militares de Colombia.
Recientemente tuvo lugar en Colombia un “paro armado” realizado por la AGC y denunciaban que el Estado había decidido la extradición de “Otoniel”, su líder, para ser juzgado en EE.UU
La modalidad del “paro armado” es una muestra de fuerza política dónde desarrollan un bloque económico en territorios dando muestra de la capacidad militar que tienen. Hace un mes estuvimos viviendo otro paro de las AGC contra la extradición “Otoniel”.
Otoniel, se encontraba bajo los procesos de paz, y luego de su captura estaba relatando su inserción y vínculos en el marco de la guerra entre grupos paramilitares, las fuerzas militares, grupos políticos regionales.
En ese sentido, desde el movimiento de derechos humanos y movimientos sociales se reconoce que el proceso de extradición es una forma de perder soberanía nacional y forma parte de un ocultamiento que hace el Estado puesto que no es conveniente que se revelen estos entramados menos en el marco de las elecciones.
¿Cómo caracterizarías las condiciones para las próximas elecciones del 29 de mayo?
Los grupos neoconservadores están generando formas de organización que dan cuenta del desgaste del modelo neoliberal. Ellos sienten que van a perder el poder político, entonces están jugando a deslegitimar los procesos electorales para justificar acciones de fuerza como el cierre de parlamentos, la impugnación de elecciones o lo que se llamaría la doctrina del shock para que la población se sienta muy golpeada por la inflación, el crecimiento de la canasta familiar, que son cuestiones que duelen mucho en las grandes capas de población.
El 29 se está analizando qué se necesita ganar con un gran caudal electoral por parte del Pacto Histórico para que no haya segunda vuelta. Pero si el margen de ganar en primera es muy bajo y se queda muy cercano a la fuerza que representa la derecha en Colombia que es “Fico” Gutierrez, pues lo que van a jugar ellos es a impugnar las elecciones y generar un proceso de ingobernabilidad parecido al que se desarrolló en Perú. En la segunda vuelta lo que están jugando es a una política de alianzas que es bastante compleja porque los candidatos que están en el medio o que tienen menor caudal electoral muy posiblemente buscarían un escenario de cuotas políticas.
El punto nodal del tema es que Gustavo Petro, quien vendría a representar a sectores de izquierda, está hablando de unos pactos mínimos, por ejemplo, cómo cerrar la violencia política con acuerdos entre todos los actores armados que se encuentran en el país.
Creemos que el gobierno de Gustavo Petro va a ser de transición hacia la democracia pero tampoco va a ser inminente popular y transformador. Va a ser de defensa de derechos colectivos, pero nos quedan dudas de cómo va a ser el desmonte del modelo neoliberal en Colombia.
En el marco de los procesos políticos que atraviesan la sociedad colombiana referidos a la conflictividad social, la violencia política, la proximidad de las elecciones de Gobierno, entre otros, conversamos con Ivan Darío Rojas Moreno, integrante de la Escuela Kimi quién nos acercó sus lecturas de la coyuntura que atraviesa Colombia.