A pesar de la recuperación económica, los indicadores de ingresos y empleo no muestran avances. En los jóvenes la situación se recrudece aún más.
Según un estudio del Centro de Investigación y Formación de la República Argentina (Cifra) la participación en el producto bruto interno (PBI) “de la remuneración al trabajo asalariado -formales e informales- pasó de representar 51,8% del valor agregado en 2016 a 46,1% en 2019 y a 43,1% en 2021”.
En paralelo, las ganancias empresariales pasaron a representar del 40% en 2016 al 47% en 2021. “Así, en los últimos años puede computarse un transferencia de ingresos desde los asalariados hacia el capital de $ 7,7 billones”, comentan desde Cifra.
El informe comenta que a pesar de que hubo una mejora de los índices de empleo en realidad está empujado por trabajo no registrado e “independiente”, es decir los monotributistas.
Esto último va en sintonía con el informe “Cuenta de generación del ingreso” del INDEC, donde comenta que en 2021 los puestos de trabajo totales alcanzaron 20,5 millones, mostrando un incremento de 6,2% con relación al año anterior, aunque impulsado por los no registrados (13,4%). Además, las horas trabajadas por asalariados no registrados aumentaron un 18,8% respecto al año anterior, muy por encima de los registrados e independientes.
En paralelo, la situación para los jóvenes del país no avizora mejora. Un estudio hecho por el Observatorio de la Deuda Social Argentina de la UCA, sobre la población de 18 a 24 años y el impacto de la pandemia destacó que “más del 25% (1 de cada 4 jóvenes) no estudia ni trabaja de manera remunerada”.
A su vez, la situación se agrava en los sectores llamados “obrero integrado y trabajador marginal”, donde ese porcentaje llega al 45,5% y 32,9% respectivamente.