La aprobación de la variedad de Bioceres generó críticas de entidades rurales.
A partir de la reciente autorización del Ministerio de Agricultura de la Nación para la comercialización de la semilla y a los productos y subproductos derivados del trigo HB4, distintos actores de la cadena criticaron la medida.
Esta variedad, modificada genéticamente para tolerar el estrés hídrico y al herbicida glufosinato de amonio, es un desarrollo de la firma Indear SA (una sociedad entre Conicet y Bioceres).
Fernando Rivara, presidente de la Federación de Acopiadores, aseguró que “si se llegara a descubrir un barco con alguna contaminación no deseada, el precio del trigo argentino bajaría 60, 70 u 80 dólares”. “Es llamativo que una empresa como Bioceres, que cotiza en Nasdaq, no tenga el respaldo de una certificadora de renombre que otorgue garantías de que su material no va a contaminar el resto del trigo argentino”, añadió.
Por su parte, Gustavo Idígoras, presidente de la Cámara de la Industria Aceitera y el Centro de Exportadores de Cereales (Ciara-CEC), advirtió que “la siembra y comercialización del trigo HB4 pone en peligro la comercialización de todo el cereal argentino”.