Una producción con matriz extractiva: dólares y granos. Las 10 empresas con mayores beneficios del “dólar soja”. La otra cara de la moneda, el 80% de los trabajadores no llegaron a cubrir con sus ingresos la canasta básica de una familia tipo.
El control sobre la producción de los recursos y la capacidad de definir hacia dónde orientar los mismos se asienta como idea básica sobre la cual es posible un proyecto de soberanía.
De lo contrario, el comportamiento autónomo e imperante desde los capitales privados tenderá siempre a asumir su lógica de acumulación sobre la cual dicha producción y orientación de recursos quedará subordinada a un sesgo extractivo y depredatorio que condena a la pobreza a millones de personas.
Es momento de poner mojones a esta situación, de marcarla, establecer límites que permitan distanciar entre lo que efectivamente es y lo que se pretende.
Pauperización del trabajo
Las condiciones de vida en Argentina se recrudecen. Recientemente el Indec publicó el informe sobre “Incidencia de la pobreza y la indigencia en 31 aglomerados urbanos” del cual surge que el porcentaje de hogares por debajo de la línea de pobreza alcanzó el 27,7% para el primer semestre del año. Alrededor de 10,6 millones de personas viven bajo la línea de la pobreza, osea que no alcanzan a cubrir el ingreso necesario para adquirir alimentos, servicios básicos.
Además, el organismo difundió su informe sobre “Evolución distribución del ingreso correspondiente al tercer trimestre del 2022”. Según el documento, en este trimestre el crecimiento de la masa total de los ingresos obtenidos por la población fue del 61,4% frente a una inflación del período que superó el 64%.
Los ingresos medios del segmento más alto (decil 10) llegaron a $203.884. Los ingresos individuales del decil más bajo (decil 1) llegaron a $10.642. El 10% de la población del décimo decil obtiene 19 veces los ingresos del primer decil.
Para el mes de agosto la canasta básica total, con la que se mide la pobreza, se ubicó en $38.756 para un adulto. Según escala de ingreso per cápita familiar el 60% no alcanzó a cubrir la canasta. Y el séptimo decil lo hizo superando apenas los $3.157.
El ingreso salarial promedio fue de 70.678 pesos. Por ello, el 80% de los trabajadores no llegaron al precio de la CBT de una familia tipo la cual llegó casi a los 104.216 pesos para junio de este año.
Contracara de la pauperización fueron los márgenes de ganancias obtenidos por el complejo exportador granario en el mes de septiembre.
Un “PIE” que aplasta
El 5 de septiembre el Gobierno oficializó la creación del “Programa de Incremento Exportador” (PIE). El mismo estableció un tipo de cambio (valor del dólar frente al peso) de $200 para las exportaciones de soja con el objetivo de acumular divisas y reforzar las reservas del Banco Central, según expresa el Decreto 576/2022 publicado en el Boletín Oficial.
A través del DNU los exportadores de porotos de soja, harinas/pellets y derivados, fueron beneficiados al liquidar los dólares por ventas al exterior haciéndose de un valor diferencial. La medida estableció la creación de fondos destinados a pymes, pequeños y medianos productores y recursos para poblaciones de extrema vulnerabilidad, aunque aún no se ha definido con qué políticas serán “beneficiadas”.
La normativa autorizó al Ministerio de Economía a emitir letras en dólares a 10 años “por hasta un monto tal que cubra la diferencia patrimonial por las operaciones del presente decreto”. Lo que equivale a nueva deuda pública para completar la diferencia por cada dólar soja.
Top 10 ganadoras
Al cierre del Programa de Incremento Exportador se registraron ventas externas del complejo soja por más de 13,3 millones de toneladas. Esta cifra representa un récord histórico en cuanto a volúmenes operados en el mes de septiembre, más que triplicando el promedio histórico mensual que se aproxima a los 4,5 millones de toneladas. También superando el anterior récord histórico registrado en mayo del 2019 por un volumen total de 13,3 millones de toneladas.
Ante la posibilidad de liquidar a un dólar que “licuó” los derechos de exportación (retenciones del 33%) grandes empresas del complejo agroexportador, acopiadores y productores decidieron vender. Es decir, había granos y no se estaban vendiendo esperando este escenario.
Un informe elaborado por Natalia Marín, Tomás Rodríguez Zurro, Emilce Terré para la Bolsa de Comercio de Rosario registró que dentro de las 10 empresas con mayores Declaraciones Juradas de Ventas al Exterior (DJVE) se destacan Viterra (ex Glencore), Cargill y AGD (Aceitera General Deheza).
Según los registros “el valor de las ventas externas declaradas al exterior entre el 5/9 y el 30/9 asciende a 6.706 millones de dólares. El aporte en concepto de derechos de exportación al Estado asciende a 2.213 millones de dólares, habida cuenta que la alícuota de derechos de exportación de los tres productos mencionados es de 33% sobre el valor FOB. Esto equivale a 442.607 millones tomando el contravalor especial de $200 por dólar”.
La firma Viterra, filial del grupo Glencore, desde el 2020 a la fecha pasó a ser la principal operadora de las instalaciones de Vicentin: almacenamiento, fábricas de harina y aceite, e instalaciones portuarias. La empresa que, en algún momento se planteó la posibilidad de ser controlada por el Estado, ahora en manos del capital privado es beneficiada con los mejores esquemas cambiarios.
Completan el ranking Bunge, LDC (Louis Dreyfus), Molinos Agro, COFCO, A.C.A (Asociación de Cooperativas Argentinas), Amaggi y ADM. Todas empresas del complejo agroexportador, dueñas de puertos en el Gran Rosario y dispersas por todo el territorio nacional a través del control de plantas acopiadoras de granos y servicios de transportes por vías férreas y marítimas/portuarias.
Enroque financiero
Las cifras oficiales fueron celebradas por el ministro Sergio Massa a través de una conferencia de prensa dónde se repasó el saldo del “PIE”.
“Realmente tenemos resultados que son más que satisfactorios, que nos entusiasman y nos permiten mostrar números de una contundencia que constituye un récord en términos de liquidaciones y exportaciones en la historia argentina”. “Ahora cada dólar que entró lo tenemos que cuidar”, sostuvo el ministro.
Para el mes de septiembre el Banco Central (BCRA) embolsó reservas por $4.968 millones de dólares (64% ingresado por el PIE) y alcanzó un nivel de reservas de $37.621 millones de dólares.
El economista Jorge Vasconcelos, de IERAL, relata que la contraparte de estos ingresos corresponden a la mayor emisión monetaria (creación de pesos) a la que acudió el BCRA para financiar el “dólar soja”.
En septiembre el Central emitió $1,2 billones de pesos para financiar las operaciones. Ese excedente de pesos luego fue “esterilizado” con la creación de nuevas letras financieras como Leliqs y Notaliqs.
“Entre el martes 6 y el viernes 30 de septiembre el Central compró $7.663,8 millones de dólares ‘sojeros’ y vendió $2.692 millones ‘no sojeros’, lo que resultó en una compra neta de $4.971,8 millones de dólares, la cifra en que engordó sus reservas. Del cotejo entre emisión neta de pesos y variación neta de reservas surge que al Central cada dólar le costó 230,4 pesos” , añadió el analista.
Además “los ‘pasivos remunerados’ del Banco Central (la deuda que coloca entre los bancos para neutralizar la expansión monetaria), ya supera los 8 billones de pesos”. “De hecho, en septiembre la emisión neta de pesos superó el 27% de la Base Monetaria, un ritmo insostenible y que explica la transitoriedad del dólar-soja”, sentenció.
La creación de incentivos de liquidación de dólares al complejo sojero tuvo como medida el enroque financiero a través del cual se emitieron más pesos y deuda para pagar esa diferencia. Por otro lado, las reservas también se vieron disminuidas ya que en septiembre se completaron pagos al FMI por $2.590 millones de dólares.
Según Horacio Rovelli, en su columna dominical, el “dólar soja” incentivó la liquidación de 8.123 millones de dólares. Sin embargo, las reservas internacionales sólo se habían incrementado en 891 millones de dólares.
“En un mes, gracias al dólar soja, el total de las Leliqs y Notaliqs se incrementó en casi un billón de pesos. Al 30 de septiembre, su masa total asciende a 7 billones de pesos (al tipo de cambio oficial es equivalente a 45.000 millones de dólares), que se suman al pasivo de títulos en pesos que financia el Tesoro de la Nación”.
Entre el mejoramiento de los saldos exportables y el mecanismo financiero de ganancias para los bancos, crece la informalidad laboral, y los ingresos del 80% de los asalariados no llega a cubrir la canasta básica. Esto marca algunas pautas que el sesgo exportador solo crece a costa del mayor empobrecimiento de la clase trabajadora del país.