Desde Tribuna dialogamos con Carla Van Strahlen, de la Federación Bolivariana de Trabajadores y Trabajadoras de la Construcción y el Cemento.
¿Cómo podrías describir la realidad de los trabajadores en Venezuela?
Venezuela tiene varias realidades. Una que nos “pintan” desde afuera y la interna, pero sin dudas soy partidaria de la frase de que “la crisis siempre la paga el pueblo”, la situación que vive el mundo desde hace varios años la estamos pagando los trabajadores.
Es cierto que en la actualidad el salario mínimo está pulverizado, pero no es menos cierto que hay factores macroeconómicos que no controlamos y que dependen de elementos de la política nacional e internacional que nos afectan de manera directa.
En nuestro caso, sufrimos el bloqueo en el país que nos obliga a hacer transacciones de petróleo por el 50% por debajo del costo que realmente tiene, uno de los principales productos que exportamos. Esta es una de las razones por la cual es muy difícil alcanzar el ingreso per cápita que teníamos hace muchos años y sin duda es el trabajador el que se ha visto afectado.
En el último tiempo, el presidente ha frenado el incremento de los salarios, ya que cada vez que aumentaban los empresarios, se encargaban de pulverizar al día siguiente aumentando el dólar paralelo. Debido a esto, en la actualidad hemos tomado otras medidas como la bolsa de comida, el acceso a la salud y demás cosas que representan un dinero pero que no ingresa en el intercambio de mercado, por lo cual no hay forma de que la economía lo ataque de forma directa con procesos devaluatorios.
Por ejemplo, en el sector de cemento tenemos dentro de la convención colectiva una bolsa alimento mensual (arroz, pastas, harinas, etc.), tenemos un servicio de salud que te suministran los insumos que necesitas, tenemos acceso a todos los servicios que genera la industria, estas medidas son compensatorias y varían según la rama de actividad.
Si bien es cierto que a lo largo de los años fuimos perdiendo muchas conquistas que habíamos conseguido, pero creo que en medio de la guerra que vivimos la gente lo ha aceptado.
Aquí tenemos otro sistema para organizarnos, por ejemplo trimestralmente, a nosotros nos dan 15 días que quedan acumulados en formato de prestaciones que aportas en tu historial laboral. Esto se ha ido perdiendo porque decían que en otros países no existían y que ese era el motivo por el cual cerraban las empresas, entonces en la actualidad el trabajador acepta que el salario que figura en el recibo sea el mínimo, mientras se cobran hasta 30 salarios más por fuera. Esto es una precarización de los derechos laborales que se tenían, pero en medio de esta guerra es una salida que encontramos, no digo que sea correcta pero es una salida en fin.
Se están retomando las discusiones de los contratos colectivos, sin embargo, nosotros tenemos que aceptar que tenemos muchos sectores de la industria que se encuentran totalmente paralizados y sin producir. Para nosotros la guerra fue muy fuerte.
Desde principio de año se registraron algunas movilizaciones de trabajadores, ¿como es la situación con respecto a los reclamos en la calle?
A principio de año se organizaron algunas movilizaciones, que te aseguro que el gobierno bolivariano jamás se va a oponer, ya que bregamos para que el trabajador exija, plantee y proponga, incluso para nosotros es fundamental que se participe dentro de la discusión para distribuir la riqueza, pero, ¿si tienes un medio de producción paralizado, qué riqueza vas a repartir?, y a los trabajadores que no están produciendo hay que garantizarles el ingreso.
Lo que ocurre es que el sindicalismo se había abocado exclusivamente a la lucha economicista, a exigir más y más salario con el tema de la progresividad, pero no le preocupaban los medios de producción paralizados, y si no nos preocupamos todos por el medio de producción y solo pedimos salario a corto plazo perdemos todos.
En Argentina si una empresa cierra el trabajador se queda desempleado, sin goce de sueldo, ¿cómo es el desempleo allá?
Desde Hugo Chávez nosotros tenemos lo que se llama inamovilidad laboral, por más que la planta de la rama que sea esté paralizada los trabajadores cobran un salario.
Yo por ejemplo cobro el salario básico que tiene cualquier trabajador y a eso le sumo otros beneficios, por ejemplo tengo una beca universitaria, además tengo un subsidio de gasolina el cual me permite acceder a 120 litros de nafta al mes.
Hay medidas que a lo largo de los años fuimos perdiendo producto de la crisis, como por ejemplo el subsidio a los servicios que se debió recortar.
¿Cuáles son las experiencias de lucha y procesos organizativos que el pueblo sostiene desde la revolución bolivariana?
La estructura del partido tiene en primer lugar al jefe de cada hogar, después existe la figura de jefe de calle, luego el jefe de comunidad. Esto sin duda rectifica que es uno de los partidos más grandes de Latinoamérica, con errores y con virtudes pero elegido por el pueblo.
Si bien es distinto a cuando estaba Chávez, ya que a Maduro lo han cuestionado por ser dirigente sindical, él proviene de una de las empresas más importantes de Caracas que es el metro, el transporte, y aquí no está bien visto ser dirigente.
Es muy difícil hacer la revolución y construir el socialismo, es un proceso que se va construyendo, con aciertos y errores. Cuando alguien dice que es socialista, aparecen todos los enemigos juntos. Sin embargo, el pueblo de Venezuela es muy trabajador y valiente, y ha resistido muchas atrocidades y atropellos.
¿Cuáles son las cosas por las que ha pasado el pueblo en la guerra que nombras?
Principalmente en el 2017, la situación que atravesamos fue muy dura, no había para comer. Como mecanismo de guerra, atacaron a mujeres y niños y nos dejaron sin productos de higiene femenina, pañales y leche para alimentar a los niños. Además, nos quitaron la harina de maíz, que es uno de los productos que más consumimos las familias en el país.
Casualidad que todos estos productos aparecieron luego de iniciar la negociación para llegar a algunos acuerdos con la oposición. Hasta las movilizaciones que se habían librado desaparecieron.
La oposición, es la misma que impulsaba la crisis, nos manipula y nos hace salir a reclamar lo que ellos mismos nos quitan. Los que tienen las principales industrias en el país, los bancos y las empresas son los responsables.
Por esto, siempre decimos que quien quiera ser presidente de Venezuela que gane las elecciones, pero la oposición que critica al gobierno, no quieren presentarse a elecciones, quieren el gobierno de facto, ya que saben que si ganan democráticamente el pueblo no les va a permitir que comentan atropellos.
Nos han quitado tantas cosas, entre ellas nos han quitado la posibilidad de que tengamos mejores salarios. ¿Sabes lo que significa tener que sentarme como dirigente a negociar para que te devuelvan las cosas que tú has producido como trabajador?, eso es lo que jamás me va a permitir a mi estar del otro lado, del lado de la oposición fascista.