El gobierno de Macron aprobó la reforma de las jubilaciones por decreto, desencadenando masivas protestas en todo el país.
El gobierno de Francia adoptó este jueves su reforma jubilatoria por decreto al recurrir al artículo 49.3 de la Constitución, un mecanismo que le permite aprobar la iniciativa prescindiendo del voto legislativo.
En consecuencia, las históricas protestas en las calles en rechazo de este proyecto se intensificaron. Tras dos jornadas de movilizaciones, que incluyeron paros sectoriales e incendios de barricadas y pilas de basura, las autoridades prohibieron las concentraciones en la plaza de la Concordia de París, situada frente a la Asamblea Nacional, así como en los Campos Elíseos, sin lograr apaciguar el conflicto. Además de París, se convocaron marchas en Lyon, Rennes, Marsella, Brest, Toulon y Montellier, entre otras ciudades importantes.
Por su parte, las centrales sindicales convocaron otra jornada de huelgas y manifestaciones para el jueves 23 de marzo, mientras que también anunciaron medidas los sindicatos de trabajadores docentes, ferroviarios y controladores aéreos, entre otros. A su vez, la mayor refinería de petróleo de Francia,Total Energies, situada en Normandía, paralizó sus instalaciones y se espera que otras compañías la imiten a partir del lunes.
De esta forma el debate legislativo quedó suspendido a la espera de la posibilidad de que los diputados aprueben una de las mociones de censura presentadas contra el gobierno. Una de las mociones fue presentada por el grupo parlamentario independiente LIOT y otra por el partido Agrupación Nacional, de Marine Le Pen.
De fracasar la moción de censura, se pondrá en vigor la edad de jubilación en Francia se retrasa de 62 a 64 años para 2030 y adelanta a 2027 la exigencia de aportar 43 años (y no 42, como ahora) para cobrar una pensión completa.