Trump impuso aranceles a importaciones de más de 190 países impactando en la cotización del dólar, los índices de las principales bolsas de valores y las acciones de las grandes empresas.
El miércoles pasado, el presidente de EE.UU anunció que impondrá aranceles a las importaciones de 197 países que van del 10% al 48%. En su discurso dijo que el 2 de abril “será recordado para siempre como el día que la industria renació, se recuperó el destino y que comenzamos a devolverle la prosperidad a EE.UU.”.
Además exclamó que “es nuestra declaración de independencia económica”. “Los trabajos en el sector manufacturero van a regresar a nuestro país, vamos a reactivar la base industrial, a abrir mercados foráneos, a derribar barreras al comercio y a tener más productividad, competencia y precios más bajos para los consumidores”, dijo el mandatario estadounidense.
Desde su segunda asunción como presidente, Trump profundizó la política arancelaria y de guerra comercial principalmente contra China. Estableció un 20% adicional al comercio bilateral con el país asiático y bloqueó los ingresos de productos por medio de Canadá y México con un arancel del 25%, aunque estos últimos se encuentran en suspenso.
También impuso aranceles a las importaciones de acero y aluminio que comenzaron a regir el 12 de marzo, como así también un 25% sobre automóviles, camiones ligeros y autopartes fabricados en el extranjero (con excepción de México y Canadá) que entraron en vigencia el jueves pasado.

Impacto inmediato
Los principales medios de comunicación no tardaron en posicionarse: The Wall Street Journal publicó en su tapa que con el nuevo régimen comercial “Estados Unidos pretende terminar con la era de la globalización”. El periodico británico The Guardian, dijo que la política impulsada por Trump “desata una guerra comercial global”.
En cuanto a la economía, las empresas más grandes del mundo tuvieron dos jornadas de pérdidas en la bolsa de valores, es decir que los inversionistas se desprendieron de acciones prefiriendo movilizar capitales a otros instrumentos, como bonos, oro u otras monedas como el Yen.
EE.UU. es el mayor importador del mundo. Los principales productos son: Automóviles (6,6%), Petróleo (5,4%), Telefonía (3,8%) y Maquinas de almacenamiento y procesamiento de datos (3,3%). Los principales proveedores son México (15,2%), China (14,1%) y Canadá (13,6%).
Ello pudo verse al día siguiente del anuncio con la caída de casi 1700 puntos del Dow de Industriales, su peor liquidación diaria desde el año 2020. También el S&P 500 bajó casi 5%, el indicador tecnológico Nasdaq retrocedió 6% y MSCI -indicador de valores internacional- cayó 3,7%.
Las finanzas preocupadas y con incertidumbre
Las entidades bancarias corrieron con la misma suerte. En sólo un día las acciones de Citigroup perdían casi un 11%, Bank of America y Morgan Stanley, un 9%, Goldman Sachs y Wells Fargo más de un 8% cada uno, mientras que JP Morgan, el mayor banco estadounidense, bajaba su cotización en un 6%.
El economista jefe del JP Morgan, Michael Feroli, dijo que esta política “podría llevar a la economía peligrosamente cerca de una recesión”. Ashish Shah, director de inversiones públicas de Goldman Sachs, dijo que “los grandes inversores se muestran reticentes, pero están preocupados”, y aclaró que “esto va a ser un golpe para los consumidores estadounidenses”.

Por otro lado, el fondo de inversión más grande del mundo, BlackRock, emitió un comunicado titulado “Encontrar un camino a través de la volatilidad a corto plazo”. El fondo piensa que la nueva política arancelaria “reducirá el crecimiento y aumentará la inflación”. Además, frente a “la elevada incertidumbre en la política comercial” ven “más volatilidad del mercado por delante” .
Concretamente “creemos que no se puede descartar la estanflación en EE. UU. ni una recesión mundial”. Sin embargo, “vemos un camino para que las acciones estadounidenses reanuden su liderazgo global en nuestro horizonte”, sentenciaron en su carta.
China a contramano de EE.UU.
El viernes 28 de marzo el gobierno de China realizó una reunión en Pekín con más de cuarenta ejecutivos de compañías multinacionales como FedEx, Sanofi, HSBC, Hitachi, Aramco, Mercedes-Benz, Samsung, Maersk y Blackstone, entre otras.
Allí, el presidente chino, Xi Jinping, dijo que las puertas de su país “se abrirán más y más”. China “se esforzará por crear un entorno favorable al desarrollo de las empresas extranjeras”, comentó. Y sentenció: “la globalización económica es una tendencia histórica imparable”.

En un comunicado del ministerio de Comercio de China, luego de una reunión mantenida con Apple esa misma semana, dijo que “China se mantiene firme en su compromiso de ampliar su apertura al mundo, ofrecer igualdad de condiciones a las empresas con financiación extranjera”.
Respecto a las últimas medidas adoptadas por Trump, desde el ministerio comunicaron que “muchos socios comerciales han expresado un fuerte descontento y una clara oposición” a la nueva política arancelaria. También reclamó a Estados Unidos “cancelar inmediatamente” la medida ya que “pone en peligro el desarrollo económico mundial”.
Dentro del país algunas organizaciones empresariales también se manifestaron en contra: la Asociación de Fabricantes de Automóviles de China (ACM) dijo que los aranceles “aumentarán aún más los precios de los automóviles e impondrán cargas adicionales a los consumidores de varios países, incluidos los estadounidenses, y tendrán un impacto negativo en la recuperación económica mundial”.
Por su parte, la Asociación de la Industria Ligera de China, comentó que “la acción de Estados Unidos destruyó brutalmente el orden comercial normal entre EE.UU. y China, afectó gravemente la cooperación entre industrias globales y perjudicó considerablemente los derechos de los consumidores, incluidos los ciudadanos estadounidenses”.
El bloque opositor
La directora del Fondo Monetario Internacional, Kristalina Georgieva, en un escueto comunicado de la entidad, dijo que las medidas arancelarias “claramente representan un riesgo significativo para las perspectivas mundiales en un momento de crecimiento lento”.

En cuanto al bloque europeo, los principales mandatarios se posicionaron en contra de la medida a excepción de Hungría. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, declaró que “las consecuencias serán devastadoras, aumentando la incertidumbre y el proteccionismo”. Por su lado, el presidente de Francia, Emmanuel Macron, calificó a los aranceles de “brutales” e “infundados”.
La posición también fue compartida por el jefe de Gobierno de Alemania, Olaf Scholz, quien consideró que las decisiones de Trump son “fundamentalmente erróneas” y “constituyen un ataque contra un orden comercial que ha creado prosperidad en todo el mundo“.
De esta manera se arma el escenario de enfrentamiento que tiene como escenario principal las bolsas de valores y los movimientos de capitales a escala global. El “orden” al que aluden los distintos actores significa, en realidad, beneficio para quienes buscan sostenerlo y profundizarlo. En frente, el rezago de las posiciones de otros quienes buscan por medio de políticas proteccionistas defenderse y retomar su liderazgo, aunque ya bajo otras condiciones totalmente distintas a cuando lo hicieron en el pasado.