Comenzó aplicando aranceles a importaciones de China y anunció la baja de impuestos para atraer capitales. Las cripto y las tecnológicas figuran como principales aliados del nuevo gobierno.
El pasado 20 de enero, Donald Trump, del Partido Republicano, se convirtió oficialmente en el 47° presidente en ocupar la Casa Blanca tras ganar de manera contundente las elecciones presidenciales contra el Partido Demócrata.
Desde la campaña electoral, Trump sostuvo la necesidad de reconstruir el poder de EE.UU. en materia económica y militar a nivel mundial, y responsabilizó a los demócratas por los pasos dados hasta el momento.
Un aspecto criticado por el republicano, que motivó su conocido slogan “Make American Great Again” (Hacer grande a América nuevamente), fue el proceso de desindustrialización a raíz del cual diversas empresas han relocalizado su producción radicandose en otros países, convirtiéndo a EE.UU. en una economía importadora de manufacturas.
En su reciente participación del Foro de Davos, Trump expresó: “Mi mensaje a cada empresa en el mundo es muy simple: vengan a fabricar su producto en América, y les daremos los impuestos más bajos de cualquier nación en la Tierra”. De lo contrario anunció que iniciará una política de endurecimiento arancelario a las importaciones.
Los aranceles “dirigirán cientos de miles de millones de dólares, e incluso billones de dólares” a las arcas del Tesoro estadounidense para “fortalecer nuestra economía y pagar nuestra deuda”, aseguró.

A través de un decreto firmado el martes pasado, EE.UU. comenzó a aplicar aranceles del 10% a productos importados provenientes de China. La administración de China respondió rápidamente anunciando aranceles del 15% a productos importados desde EE.UU., como el carbón y gas natural licuado (GNL), y del 10% para petróleo crudo, equipos agrícolas y automóviles, medida que entraría en funcionamiento a partir del 10 de febrero.
El mismo día, Trump había decretado aranceles a México y Canadá denunciando los efectos de su política migratoria que generaría efectos en la economía estadounidense y del ingreso de drogas como el fentanilo proveniente de estos países, según aseguró el mandatario. La decisión fue postergada por 30 días en la búsqueda de nuevos acuerdos comerciales.
I just had a good call with President Trump. Canada is implementing our $1.3 billion border plan — reinforcing the border with new choppers, technology and personnel, enhanced coordination with our American partners, and increased resources to stop the flow of fentanyl. Nearly…
— Justin Trudeau (@JustinTrudeau) February 3, 2025
Criptos y tecnológicas
Otra de las políticas implementadas ha sido la constitución de grupos de trabajo para la regulación de las criptomonedas cuestionando la política del gobierno demócrata de prohibir la circulación de estas divisas en el mercado.
Si bien aún son incipientes las medidas adoptadas, uno de los primeros cambios de funcionarios ocurrió en la Comisión de Bolsa y Valores (SEC, por sus siglas en inglés) organismo encargado de la regulación del sistema financiero. En ese marco Paul Atkinson fue designado al frente de la SEC en reemplazo de Gary Gensler. Mientras Atkinson asuma, será Mark Uyeda, senador republicano, quién estará al frente del organismo.
La semana pasada Uyeda puso en funcionamiento un grupo de trabajo (task force) con el objetivo de “desarrollar un marco regulador claro y completo para los cripto activos”. A través de un comunicado criticaron la gestión de Gensler por regular “retroactivamente” con medidas coercitivas creando “un ambiente hostil a la innovación y que posibilitó el fraude” del mundo cripto.
“Esperamos trabajar codo a codo con la gente para impulsar un entorno regulatorio que proteja a los inversores, facilite la formación de capital, vele por la integridad del mercado, y apoye la innovación”, comunicó la nueva gestión de la SEC.

Entre las políticas implementadas Trump firmó una orden para canalizar inversión gubernamental en Inteligencia Artificial (IA), constituyendo un grupo interinstitucional, a fin de elaborar una política en un plazo de seis meses para potenciar la IA.
Además, anunció la conformación de una empresa conjunta junto al fondo de inversión en tecnología SoftBank Group Corp, OpenAI y Oracle Corp para financiar estructuras de IA. Durante el anuncio, Masayoshi Son, de Softbank, planteó que la empresa invertirá 100.000 millones de dólares “inmediatamente” con la perspectiva de aumentar a 500.000 millones.
En paralelo a la asunción de Trump, el principal productor de semiconductores de EE.UU, Nvidia, tuvo caídas de más del 16% en la bolsa de valores luego de que la empresa china, DeepSeek, lanzará su IA con chips de menor complejidad salteando la necesidad de adquirir los complejos chips de Nvidia.
Alianzas
Recientemente el analista Jorge Castro publicó una nota en la cual considera que Trump está decidido a lanzar iniciativas conjuntas con las empresas tecnológicas y del sector financiero como sus principales aliados.
“Esto es algo drásticamente diferente al Trump del primer mandato 2017/2021, cuando el respaldo que obtuvo en su triunfo del 5 de noviembre de 2016 fue de los trabajadores industriales del Medio-Oeste norteamericano, duramente golpeados por un letal proceso de ‘desindustrialización’”, sostiene Castro. En cambio, “ahora lo que ha ocurrido en un sentido estricto es que hay un ‘nuevo Trump’ que se ha aliado a sus antiguos adversarios de Silicon Valley y Wall Street”.
En este contexto, el retorno a pie de decenas de miles de palestinos desde el sur de Gaza hasta el norte, tras quince meses de aplastamiento, perturba y desafía la agenda global dispuesta a excluir y desechar bolsas de población mundial. “Si un genocidio no ha logrado expulsar a dos millones de palestinos de Gaza, he aquí la lección: no se van a ir a ningún sitio”, afirma la relatora de la ONU Francesca Albanese. La mayoría de las familias que regresan encuentran sus casas reducidas a escombros o gravemente dañadas, pero están decididas a levantarlas de nuevo “con las manos, si hace falta”, como me decía esta semana una mujer por teléfono.
Hay en esa reivindicación de la población palestina un mensaje contundente a quienes defienden racismo, exclusión y saqueo como modelos de dominación y de negocio global. Por eso Gaza es un punto de inflexión, por eso es nuestro presente universal.