Como si se tratara de un slogan de campaña, se anunció el cese al fuego en Medio Oriente. Los posicionamientos entre los actores del conflicto muestran una distancia entre los dichos y los hechos.
Auspiciando el acuerdo como un triunfo propio en la región, Donald Trump, presidente de Estados Unidos, anunció el aval de Israel y Hamas a su plan de 20 puntos para concluir el conflicto en Gaza.
En este marco, bajo la proclama “Paz 2025”, se realizó una cumbre en Sharm el-Sheikh (Egipto) con la presencia de Trump; el presidente anfitrión, Abdel Fattah el-Sisi; el Emir de Qatar, Tamim bin Hamad Al-Thani; y el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdoğan, quienes firmaron una declaración conjunta para garantizar el alto el fuego.

En el lugar, Trump exclamó: “La guerra ha terminado”. “No va a haber una tercera guerra mundial y no va a empezar en Medio Oriente”, sostuvo.
Al mismo tiempo calificó el acuerdo como “la base para un futuro grandioso”. “Ahora la reconstrucción empezará” y nosotros “sabemos reconstruir mejor que nadie en el mundo”, amplió el republicano.
La paz en tratativas
A pesar de colocarle todo el énfasis posible al alto al fuego, las condiciones del acuerdo firmado parecen ser apenas un principio de reconocimiento en una cruenta batalla que aún no ha terminado.
De esta manera sentenció su postura el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, luego de acordar con el presidente Trump un plan de 20 puntos para poner fin a su avanzada contra Gaza.
De hecho, durante la ceremonia en Egipto, no hubo integrantes del gobierno de Israel ni de Hamas.
Según el plan de 20 puntos propuesto por EE.UU. la fase inicial exige a Hamás la liberación de todos los prisioneros por la guerra. A cambio, Israel liberaría a unos 2.000 palestinos, entre los cuales habría 250 condenados a cadena perpetua y 1.700 personas secuestradas en Gaza tras los ataques del 7 de octubre, hechos que se concretaron a fines de la semana pasada.
Además, el plan implica una política de desarme total de las fuerzas de Hamas, y la conformación de un gobierno tecnocrático en Gaza que tendría vigilancia privilegiada de los EE.UU. en el curso de sus acciones.

De esa manera Gaza se convertiria en una “zona libre de terror desradicalizada que no representa una amenaza para sus vecinos”, y deja la gobernanza a un cuerpo transicional que será el “Comité Palestino tecnocrático y apolítico”, según expresa el documento.
El Comité será supervisado por un “Patronato de Paz” liderado por Trump y otros funcionarios como Tony Blair, ex primer ministro britanico quien además supervisa la reconstrucción de Gaza.
Existe una diferencia medular entre el documento original, propuesto por los gobiernos de Israel y EE.UU., y la posición del movimiento islámico, Hamas.
Hasta el momento las Fuerzas Armadas de Israel no se han retirado del territorio, en cambio han comenzado a apostar marcadores visibles para delimitar las “zonas amarillas” por donde es posible circular. Por su parte Hamas no anunció públicamente aceptar el desarme del movimiento prevista en la segunda fase del plan.
En relación a ello, Israel Katz, ministro de Defensa de Israel, advirtió que “cada demora o evasión intencional será considerada una violación flagrante del acuerdo y será respondida en consecuencia”.
Por su parte, Efrain Davidi, profesor de la Universidad de Tel Aviv, declaró a France 24 que “la versión del presidente Trump es que la guerra terminó”, mientras que “la versión del primer ministro de Israel es que las hostilidades se pueden reanudar en cualquier momento“. Y recuerda que existió “un acuerdo firmado unos meses atrás y tenía una segunda parte que Israel nunca cumplió”.
Intereses en la región
Además de la presión militar que continua ejerciendo Israel, otros países de Oriente han jugado a favor del acuerdo promoviendo que la zona deje de ser un foco de conflicto.
Qatar, Egipto, Turquía, Arabia Saudita y Emiratos Árabes figuran entre los articuladores de la región, quienes a su vez tienen profundos acuerdos comerciales trazados con el gobierno y empresas norteamericanas.
Sin ir más lejos, en mayo de este año Trump realizó una gira a la región por la cual concretó diferentes negocios en materia militar, tecnológica y energética.
El recorrido incluyó Arabia Saudita, Qatar y Emiratos Árabes. Además el mandatario mantuvo una reunión con el líder de Siria.
Con Arabia Saudita se firmaron compromisos por 142.000 millones de dólares; con Qatar por 243.500 millones de dólares y sentaron bases para un compromiso económico futuro a alcanzar de 1,2 billones de dólares; mientras que con Emiratos Árabes Unidos se acordaron inversiones por 440.000 millones de dólares hasta 2035.
Entre los actores económicos que participaron junto a la comitiva gubernamental figuran empresas como Tesla (tecnológica), OpenAI (tecnológica), BlackRock (fondo inversor), Blackstone (fondo inversor), Nvidia (tecnológica), Boeing (aeronavegación), Raytheon (militar), General Atomics (energética) y Quantinuum (tecnológica).
Según estimaciones del Banco Mundial las necesidades totales de reconstrucción y recuperación de Gaza se estiman en aproximadamente 53.000 millones de dólares.
Una nota de El País comenta que la compañía Caterpillar (CAT), líder en equipos de construcción, ha resultado de una de las principales beneficiarias de la guerra.
“Solo el flujo de caja [de CAT] rondará los 7.500 millones de dólares. El 2025 concluirá con unos activos valorados en 53.043 millones de dólares y el próximo año sumará 58.654 millones. También el nivel de reservas ha aumentado en 2.500 millones hasta la cifra récord de 37.500 millones de dólares”, dice la nota en base a datos del Bank of America.

El 17 de septiembre el ministro de Finanzas de Israel, Bezalel Smotrich, afirmó en una cumbre inmobiliaria en Tel Aviv que existe “una enorme riqueza inmobiliaria en Gaza que se amortiza sola”.
“Ya hemos iniciado las negociaciones con los estadounidenses”, ya “pagamos mucho dinero por esta guerra. Tenemos que ver cómo dividimos el terreno en porcentajes. La demolición, la primera etapa de la renovación de la ciudad, ya la hemos hecho. Ahora tenemos que construir”, sentenció.
Según la Autoridad Palestina más del 80% de la infraestructura de agua de Gaza ha sido dañada durante la guerra. Mientras tanto, Emiratos Árabes Unidos comenzó a construir una tubería para transportar agua desalinizada desde Egipto.
Mientras buscan la paz entre los escombros donde aún yacen restos de personas atacadas por los bombardeos, los negocios no detienen su marcha.