Trabajadores buscan ponerle freno a la exportación de granos junto a algunos municipios, mientras que las grandes firmas agroexportadoras presionan al Gobierno nacional para tener inmunidad frente al virus.
A través de las medidas de aislamiento adoptadas por el Gobierno nacional se puso freno a toda actividad que no sea considerada esencial para el momento de crisis que atraviesa el país. Dentro de las actividades que deben seguir en pleno funcionamiento se encuentra la agricultura y ganadería, y todo lo relacionado a su transporte a través de trenes, camiones y barcos en los puertos.
Esto fue un foco de conflicto en los últimos días donde los trabajadores, las grandes firmas y las distintas escalas del Estado han tomado posición. Mientras rige la libre actividad de las ganancias empresariales, la gran mayoría de la población es empujada cada vez más al abismo.
Exigencias de los trabajadores
El gremio de Recibidores de Granos (URGARA) el 20 de marzo, posterior al decreto presidencial que anunciaba la cuarentena, realizó un comunicado de prensa pidiendo “urgentemente que el Poder Ejecutivo modifique los alcances del DNU 297/2020 excluyendo las exportaciones agropecuarias de granos, cereales y acopio”.
Días más tarde, el gremio decidió realizar un paro de actividades asestando un golpe al corazón de las ganancias empresariales, donde el Gobierno nacional demoró sólo unas horas para dictar la conciliación obligatoria. En paralelo, el sector empresarial, nucleado en la Federación de Transportadores Argentinos, la Cámara de la Industria Aceitera, el Centro de Exportadores de Cereales, entre otras, anunciaba el protocolo para transportar granos en forma segura, presionando para que su actividad pueda realizarse con normalidad.
Aunque ese no fue el único movimiento. Unos días después, el Sindicato de Obreros Marítimos (SOMU), a través de un comunicado, dijeron que “a raíz de la propagación del coronavirus a partir de hoy no se tomarán cabos ni se realizarán ingresos en ningún puerto del país, a todo buque que no haya cumplido con la cuarentena de 14 días”, en pos de resguardar la salud de los trabajadores.
Mientras tanto, municipios y comunas que integran la red del comercio agroexportador, comenzaban a poner trabas administrativas, y algunas cámaras de camioneros junto a la población local, exigiendo el cese de traslado hacia el puerto de Rosario.
En respuesta, los empresarios no dudaron de su poder de fuego para pedirle al ministro de Transporte de la Nación, Mario Meoni, la intervención ante los casos de municipios que están imponiendo restricciones para la circulación de camiones. La nota fue elevada por la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina (Ciara), el Centro de Exportadores de Cereales (Cec) y la Cámara de Puertos Privados Comerciales, donde aprovecharon la situación para denunciar a SOMU por su “decisión unilateral” de paro de actividades.
Lo importante es el dinero
Esto repercutió directamente en los puertos, donde a pesar de que las empresas anunciaban protocolos y exigencias sanitarias bregando por la “seguridad de los trabajadores”, otros espacios gremiales, al ver que no se estaban cumpliendo con las reglamentaciones de seguridad, salieron al cruce. Un ejemplo de ello fue la Federación de Trabajadores del Complejo Industrial Oleaginoso “reclamando la implementación de forma urgente de las medidas necesarias para garantizar la salud de los trabajadores”.
También Hugo Gómez, secretario de la Cámara de Transportistas de Granos Argentinos (TGA), advirtió que en los últimos días han ocurrido situaciones que pusieron en riesgo a los camioneros y “lo que estamos pidiendo es que se cumpla el protocolo que dio la Nación”.
Esto se juega en una cancha mundial
El territorio geográfico que corresponde desde la ciudad de Córdoba por la ruta nacional 9 -y sus zonas aledañas- hasta la ciudad de Rosario, representa una porción muy importante en el comercio mundial del agro, que llamamos el Corredor de la Ruta 9.
Las condiciones para producir y exportar la materia prima cuenta con una situación privilegiada en el Corredor ya que integra la cuenca del Río Paraná, la segunda más extensa de Sudamérica, además de la pampa húmeda con grandes extensiones de tierras fértiles.
Con ello a disposición, Argentina exporta el 84% de la producción de la oleaginosa que se produce en el país convirtiéndose en el primer exportador mundial de harina de soja, y posicionándose entre los primeros puestos en otros de sus derivados.
Los dueños de las exportaciones argentinas.
En ese contexto cabe aclarar la gran concentración que existe en toda la cadena y, por ende, también de las ganancias que de ello se obtienen.
Según el último Censo Nacional Agropecuario realizado por el INDEC la propiedad de la tierra se concentra cada vez más. Sólo el 5% de propietarios de explotaciones agropecuarias controlan el 64,5% del total de hectáreas productivas.
A su vez, el traslado de lo producido juega un papel muy importante, en un contexto donde, por ejemplo, la totalidad de barcos que transportan al exterior pertenecen a grandes firmas como a Maerks, de Dinamarca, o CMA CGM, francesa.
En lo que se conoce respecto al transporte en camiones, cerca del 80% de la producción se realiza por este medio, donde las grandes firmas cuentan con su flota de camiones o terceariza con empresas socias el traslado.
Para tener una dimensión del volumen, la Secretaría de Agroindustria y Bolsa de Comercio de Rosario comunicó que durante 2018 Argentina exportó cerca de 73 millones de toneladas de commodities agrícolas, de las cuales las firmas del sector liquidaron cerca de 2 billones de dólares en 2019.