Los incendios en el Amazonas estuvieron en los principales titulares de medios internacionales, pero ¿Quiénes están detrás y bajo qué intereses actúan?
Los incendios intencionales propagados por múltiples lugares de la selva amazónica fueron noticias en todas las radios, programas televisivos, diarios y hasta tendencia mundial en las redes. Pero cuando casos concretos de desastres ambientales hacen recordar a la opinión pública mundial lo que en realidad sucede todos los días, todo el tiempo y en la mayoría de los rincones del planeta, es necesario poner en tela de juicio el entramado político, social y económico que hay detrás.
La llegada de Jair Bolsonaro como presidente de Brasil en 2018 estuvo acompañada de un discurso basado en el desarrollo económico del país y en el descreimiento del cambio climático global. Esto conformó un combo explosivo, el cual respaldó el accionar de quienes venían arrasando la región amazónica, logrando así que los niveles de destrucción de la selva, en cualquiera de sus modalidades, se disparen a niveles sumamente elevados. El principal motivo de la deforestación es la ampliación de la frontera productiva para actividades agrícola-ganaderas, pero tampoco se puede dejar de nombrar el rol significativo del comercio ilegal de madera en la región.
La deforestación no es nueva, la quema intencional para el pastoreo a gran escala y la siembra intensiva tampoco lo son, como tampoco lo es el sistema de producción que sostiene esta forma de ver y entender las prácticas productivas en general. Lo relativamente nuevo en las últimas décadas es la tendencia en aumento de eliminar espacios de selvas o bosques nativos para la posterior utilización de la tierra.
En Argentina, por ejemplo, el desastre ambiental existe y de forma realmente alarmante. Lo que lo diferencia de los casos de incendios masivos en Brasil son las prácticas y los modos de accionar, pero no las causas. En Córdoba, particularmente, queda entre el 3% y el 5% de bosque nativo al cual se lo sigue arrasando, ya no con incendios intencionales (los cuales también existen) pero sí mayormente con maquinaria pesada o topadoras. Es importante observar que cualquiera sea la práctica destructiva del medio ambiente la causa que hay detrás es el interés por ampliar la productividad y riqueza.
Un hecho alarmante de los procesos de destrucción de hábitats, como lo fueron los incendios en Brasil, en donde no solo se destruye la biodiversidad de la flora y fauna, es la expulsión obligada de comunidades originarias, campesinas y campesinos. Muchos son obligadas a emigrar a otros destinos, engrosando a las poblaciones urbanas marginadas y viviendo en situaciones de extrema vulnerabilidad económica y social.
En cuanto a lo local/regional encontramos solo un último reducto de monte nativo en las inmediaciones de la ciudad. Dentro de tantas noticias pálidas la “Asamblea Socioambiental El Monte Nativo Vuelve” ha presentado en octubre de 2018 el proyecto de ordenanza ante el Concejo Deliberante de Villa María para la creación de la reserva natural urbana y pluricultural “El Algarrobal” del Barrio Malvinas Argentinas.