La empresa Techint anunció 1450 despidos. Por su parte el Gobierno Nacional adopta una serie de medidas para amortiguar los efectos negativos sobre la industria y los afectados de forma directa.
La crisis golpea fuerte a algunos sectores de la industria. Y con más de 12millones de personas sumidas en la pobreza e indigencia en Argentina -según los últimos números de INDEC, la supervivencia de trabajadores/as que depende de los ingresos generados por esa actividad se vuelve cada vez más complicada.
Aunque no sea un asunto generado por los propios trabajadores, esto les afecta directamente, y las ganancias siempre son una prioridad frente a la vida de la población.
Por las dudas, despidos
El 25 de marzo se llevó a cabo una reunión virtual entre la Cámara de la Construcción -empresarios-, la Unión de Obreros de la Construcción (UOCRA) y funcionarios del gobierno nacional de las respectivas áreas. Allí acordaron una mesa de diálogo para garantizar las mejores condiciones de los trabajadores del sector frente a la cuarentena dictada por el Gobierno.

Asimismo, Aluar, la única empresa productora de aluminio del país y una de las más grandes de Sudamérica, anunció un día después que llevará a su planta de producción de aluminio en Puerto Madryn al 50% de su capacidad.
Por su parte, Ternium, una productora de acero multinacional -parte del grupo Techint- informó que están reduciendo el nivel de operación en su Centro Industrial San Nicolás garantizando sólo el mínimo de dotación posible para el abastecimiento de sectores esenciales como el de alimentos, salud e higiene.
Al mismo tiempo, la empresa suspendió la producción en las fábricas de Canning, Haedo, Ensenada, Florencio Varela y Rosario, anunciando el despido de 1450 trabajadores.
Respuesta y medidas de Gobierno
Ante la situación, el ministro de trabajo, Claudio Moroni, dictó la conciliación obligatoria por 15 días a la empresa Techint Ingeniería y Construcciones, obligando a no finalizar los contratos de trabajo. Aunque no todo fue unánime.
Miguel Ángel Toma, integrante del directorio de Techint en representación de ANSeS (funcionario designado por el gobierno de Mauricio Macri), dijo que le repugna que siempre se busque “algún mecanismo por el cual imputar a algún sector con alguna responsabilidad que no tiene en algún contexto de crisis”. Y remató diciendo que “si el Presidente quiere que no se eche a nadie que haga una ley, no entremos en valoraciones morales”.
En cuanto al sector empresario, opinando sobre el contexto de crisis de la industria, el presidente de Aluar, Javier Madanes Quintanilla, dijo que le parece “que lo que ha ocurrido no alcanza solo al grupo Techint” sino también “es un llamada de atención a todo el sector empresario, a toda la dirigencia del sector empresario”.
En paralelo, Rodolfo Daer, secretario de Industria de la CGT, dijo que la central entregó al ministro una propuesta para “que no haya suspensiones ni despidos dejando por un tiempo sin efecto dos artículos (247 y 245) de la Ley de Contrato de Trabajo“.
Su secretario general, Héctor Daer, dijo que “la realidad es que hay más de 300 mil empresas que están afectadas por la cuarentena. Si no encontramos una salida vamos a empezar a tener este tipo de situaciones”. Y como propuesta enunció el armado de “protocolos o algún esquema diferencial para ciertos sectores industriales o de la construcción que no están centralizados en los centros urbanos”.
En la ciudad, pudimos conversar con Miguel Verón, secretario general de UOCRA Villa María, donde dijo que es momento de exigirle a las grandes firmas que disminuyan sus ganancias para no empeorar la “ya grave situación en la que se encontraban los trabajadores”.
También denunció a obras en Río Tercero y San Francisco por el despido de trabajadores, diciendo que “cuando termine esta cuarentena vamos a salir de vuelta a la calle, a luchar como siempre”.

Los pactos están para romperse
Los sectores que acompañaron al actual Gobierno Nacional en su campaña y en los primeros meses de mandato, constituían una alianza llamada “pacto social” desde la cual se definía la política de Estado.
Este pacto prometía la reconstrucción de una nueva Argentina, con su foco puesto en la industria nacional, el desarrollo del consumo interno y la mejora en las situaciones laborales. Aunque frente a este escenario de crisis la balanza cambió para estos grandes sectores industriales, quedando muy por debajo de las grandes financieras y agroexportadoras, las cuales hoy concentran los beneficios de la crisis.
El cambio de dirección en los sectores que hoy dirigen el Estado se dio por “una lucha de intereses, y el interés del capitalismo es acumular, acumular y acumular” – Miguel Verón, Sec. Gral. de UOCRA
Tomado de la propuesta de la CGT, el Gobierno Nacional a través del decreto 329/2020, publicado el martes 31 de marzo en el Boletín Oficial, el Gobierno prohibió los despidos y las suspensiones por dos meses.
La opinión del vicepresidente de la Unión Industrial Argentina y presidente de la Copal, Daniel Funes de Rioja, fue que “no se puede tener paralización de actividades a salario pleno, y además esto implica sobrecostos muy grandes”, en alusión a las medidas adoptadas por el Gobierno Nacional. También le dijo al presidente que “si uno mira las cifras de 2018 ó 2019, el sector industrial ha estado con números negativos”, por eso “hay empresas que tienen patrimonio, no ganancias”.
El impacto de la crisis viene cavando fuerte, y no se avizoran soluciones al corto plazo. Por abajo, se abre la posibilidad de construir con soluciones a esos problemas el camino propio, sin el caudillaje de ninguno de los sectores que históricamente mantuvieron dominados a los/las trabajadores/as para aumentar sus ganancias.
Ese nuevo camino depende de nosotros y nosotras mismas.
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