Del 6 al 8 de mayo se llevó a cabo el 18º Congreso de la Federación Sindical Mundial (FSM) en la ciudad de Roma, Italia, donde participaron 419 delegados de 93 países en modalidad presencial y virtual.
Según su página oficial, la FSM cuenta en la actualidad con más de 105 millones de miembros en 133 países del mundo con presencia en todos los continentes y “en todos los sectores básicos de la producción”.
En el documento titulado “Tesis y prioridades”, difundido con anterioridad al congreso, el secretariado de la FMS comenta que “en el terreno de la nueva crisis internacional, se intensifica la competencia entre las alianzas imperialistas por el control de los mercados, las fuentes de energía y las rutas de transporte, lo que crea riesgos de conflictos militares”.
Durante el primer día del Congreso, según el reporte oficial, los delegados analizaron “los desafíos que enfrentan los trabajadores, intercambiando experiencias y discutiendo sobre las luchas por venir y el papel de la FSM”.
En la apertura, George Mavrikos, secretario general de la FSM, hizo un llamado “a todos los sindicatos y a todos los sindicalistas para que no se relajen. Los peligros de una conflagración general y un conflicto militar mundial son reales”. Además mencionó que “con la propaganda global de los medios de propiedad capitalista, distorsionan la realidad, propagando que la OTAN está enviando armas para la democracia”.
Y concluyó: “el futuro pertenece al mundo del trabajo y de las luchas. Por un mundo sin explotación del hombre por el hombre. Sigamos unidos en nuestra línea militante, en la línea probada de la lucha de clases y del internacionalismo proletario”.