Entrevista a Francisco Maltés Tello, presidente de la Central Unitaria de Trabajadores de Colombia (CUT).
¿Cómo podrías describir la realidad de los trabajadores en Colombia?, y en ese contexto, ¿qué tareas emprenden como central sindical?
La particularidad nuestra es que el 52% de 24.500 millones de personas que componen la Población Económicamente Activa están en la informalidad laboral y el desempleo está rondando el 10,7%.
Hoy ser pobre en Colombia es ganar menos de dos dólares diarios, por lo que casi 21 millones de personas están en la pobreza. En ese marco presentamos un pliego en 2020 al gobierno de Duque era un plan de choque para preservar la vida y el empleo planteando la renta básica, ingresos mensuales de aproximadamente 250 dólares al cambio de hoy.
Estamos viviendo una fuerte devaluación inclinada por la política bancaria desde la FED (Reserva Federal de EE.UU) por aumentar sus tasas, más la presión de grandes grupos financieros que prefieren tener dólares líquidos.
Haciendo un breve repaso histórico de nuestra participación podría decirte que en los años 90′ lideramos los procesos de lucha contra la desregulación impulsado por el consenso de Washington. En la década del 2000 dimos duras batallas contras los tratados de libre comercio que disminuyeron los derechos de los ciudadanos. Recientemente lideramos el estallido social del año 2019 que fue un proceso conducido por la clase obrera, frenado por la pandemia y el confinamiento.
¿Cómo fueron coordinando esa lucha?
Desde el comando unitario en Colombia, que es la unión de las tres principales centrales sindicales (CUT– CTC– CGT), le propusimos al pueblo una fecha a finales de abril.
El Gobierno pretendía una reforma tributaria con aportes desde el pueblo y no desde las empresas. Se pensaba poner IVA a la luz, el agua y, los alimentos como carnes, huevo, pan,, productos procesados, gravar los salarios de más de 600 dólares y las pensiones de más de 1.100 dólares.
Dijimos que a fines de abril estaríamos discutiendo la reforma tributaria, los salarios de los empleados públicos, era el momento de ir hacia un paro. Se lo propusimos al conjunto de las organizaciones sociales nucleadas en el Comité de Paro y se acordó el 28/04. El gobierno lo desestimó y sólo nos llamó a conversar pero sólo pretendian ganar tiempo.
Este paro contó con el apoyo de Pacto Histórico y el partido de la Coalición de la Esperanza, dos bancadas que siempre estuvieron. Lo cierto es que nosotros nunca ocultamos que este era un paro político y lo que no se resolviera allí, sería luego en las urnas el 13 de marzo dónde se eligieron representantes a la cámara y el senado.
Cómo un proceso de movilización hacia lo parlamentario
Después vinieron las elecciones dónde la extrema derecha fue apoyando distintos representantes. Y ganó el actual presidente Petro. Desde CUT creemos que es un gobierno de centro-izquierda que va a solucionar los grandes problemas que tiene Colombia.
Siempre preservando los principios de autonomía e independencia, por ejemplo, vamos a estar realizando la conferencia de trabajo el próximo 8 de septiembre dónde van a venir delegaciones internacionales de la Confederación Sindical de las Américas, de la OIT, sindicalistas de todas partes del mundo.
Allí estamos planteando la derogatoria de la ley 789 que se aprobó en el primer gobierno de Uribe la cual nos quitó los recargos dominicales, festivos y redujo la tabla de indemnización por despido. Estamos en ese trabajo intenso para que la bancada de Gobierno entienda que los sectores sociales somos una parte importante del proceso.
¿Cuándo hablamos de enfrentar al Gran Capital en el territorio colombiano, frente a quién hacemos referencia?
En Colombia el poder del sector financiero es una cosa abrumadora, tanto nacional como internacional. Son quienes más ganancias obtienen, y más poder político tienen y que menos trabajadores ocupan, más aún con el desarrollo de plataformas y softwares.
El segundo son los industriales, que ya no son industriales, sino que son importadores. Tienen un peso importante y una agremiación muy fuerte en la ANDI (Asociación Nacional de Industriales) que tienen un poder muy fuerte articulándose con el sector financiero. Y luego los terratenientes tienen fuerza en el Congreso aunque económicamente juegan menos, es que en Colombia aún existen relaciones feudales.
Acerca del endeudamiento, ¿está siendo un problema en Colombia?
Tenemos muchas dificultades porque el gobierno de Duque dejó super endeudado al país, que estaba en el orden del 35% en relación al producto bruto, dejándola cerca del 60%. Aprovechados con la pandemia se dedicaron a hacer préstamos con la banca nacional e internacional y nos dejaron endeudados hasta el cogote.
¿Alguna apreciación de la situación latinoamericana?
Actualmente aspiramos a que Lula gane la presidencia de Brasil y eso genere una nueva reconfiguración de los gobiernos en América Latina donde se hace necesario trabajar en la integración social, política y económica. Por ejemplo Petro ha planteado la posibilidad de tener una moneda en el continente y de separarnos del patrón dólar que sigue siendo dominante.
Creemos en el internacionalismo y que los trabajadores de este continente están llamados a mantener un papel muy importante en la consolidación de los gobiernos de izquierda y el movimiento sindical tiene que estar organizado y en coordinación con movimientos sociales.