Durante una semana, el jefe de la diplomacia estadounidense, Antony Blinken, estuvo de gira por América Latina buscando estrechar lazos.
E
l lunes 26 de septiembre, el diplomático inició una gira por América Latina comenzando por Colombia donde se reunió junto a Gustavo Petro, actual presidente. Además, visitó Chile y Perú.
En éste último, realizó una reunión con el presidente Pedro Castillo, donde discutieron acerca del fortalecimiento de la democracia, cooperación para la reducción de brechas sociales, lucha contra la delincuencia organizada transnacional, la dinamización de la relación económica comercial y los esfuerzos conjuntos para combatir el calentamiento global, entre otros.
Durante la reunión en Colombia, los funcionarios abordaron la cuestión del narcotráfico; Petro planteó dejar de ver al campesino productor de la hoja de coca como criminal. Y resaltó que “la paz permite una nueva manera de entender la lucha contra las drogas”. Sobre Venezuela, Blinken valoró el compromiso de Colombia de recibir a migrantes venezolanos.
La gira finalizó en Lima, sede de la 52da. Asamblea General de la Organización de Estados Americanos (OEA), donde se trataron temas tales como la guerra de Ucrania y Rusia (el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, participó a través de un video grabado), la situación en Nicaragua, la emigración venezolana y la elección del nuevo presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) tras la destitución de Mauricio Claver-Carone.
La OEA depende en un 50% de los fondos aportados desde Estados Unidos y su accionar y posicionamiento ha sido criticado duramente por mandatarios tales como Alberto Fernández y Andrés Manuel López Obrador, entre otros.
De hecho los representantes de Argentina, México y Brasil no firmaron el documento presentado por Guatemala en el que se declaraba la “renovada y enérgica condena de la invasión ilegal, injustificada y no provocada de Ucrania”.