La medida se da en un contexto en el que la entidad financiera, una de los principales en el mundo, anunció el reemplazó de su director ejecutivo, incorporando a Ulrich Körner, quien presentará la segunda revisión de estrategia del Credit Suisse el 27 de octubre, un plan de reestructuración que buscaría reducir la banca de inversión y recortar más de mil millones de dólares en costos.
“La tensión de los mercados parte del paralelismo de Credit Suisse actual con la necesidad de extirpación de los activos tóxicos de los bancos en 2008 y con los temores fundados en torno a la salud financiera del Deutsche Bank en 2016”, explica Andrew Coombs, analista de Citigroup.
Entre los posibles recortes, la agencia Reuters informó que Credit Suisse estaba buscando despedir a alrededor de 5000 puestos de trabajo, cifra cercana al 10% del total de trabajadores del banco.
De esta manera, el clima de incertidumbre en la entidad se profundiza tras el colapso de Archegos Capital Management, el año pasado, lo que representó una pérdida de 5.000 millones de dólares que el Credit Suisse dispuso en préstamos; y la suspensión de los fondos vinculados a Greensill Capital, firma de inversión y servicios financieros con sede en Reino Unido y Australia, fulminada en 2021 por insolvencia.
Sólo en los últimos tres trimestres, las pérdidas han sumado casi 4.000 millones de francos suizos. Las acciones de la segunda entidad financiera más grande de Suiza habían caído durante la rueda del lunes hasta un 11,5%, al tiempo que sus bonos tocaron mínimos históricos. Por capitalización bursátil, la institución se valora en $11,400 millones actualmente.