En el marco de una alta escalada inflacionaria, trabajadores del sector metalúrgico y energético se suman a la huelga convocada por IG Metall para reclamar por mejoras salariales.
Desde hace meses la crisis inflacionaria que afecta a Alemania, y a toda Europa en general, ha dado lugar a un fuerte descontento entre las familias trabajadoras que ven que sus ingresos quedan rezagados frente al aumento de los precios.
En este marco particular, el sindicato IG Metall, organización con más de dos millones de miembros, llamó a “huelgas de advertencia” en el marco de las negociaciones con la patronal.
El reclamo central del sindicato, que nuclea a los trabajadores de la metalurgia, es el aumento de los salarios en un 8% para intentar compensar una inflación que ha escalado al 10%, el nivel más alto desde la reunificación de Alemania en 1990.
Frente al pedido de IG Metall, la patronal no ha dado especificaciones en cuanto a su oferta salarial. Sin embargo, han puesto sobre la mesa de negociaciones la posibilidad de un “bono de compensación de la inflación” libre de impuestos y aranceles de 3.000 euros y la promesa de un futuro aumento en los salarios. Ante la propuesta, los sindicatos se han mantenido firmes con su demanda.
Las “huelgas de advertencia”, son un tipo de medida de duración limitada, utilizada regularmente en las negociaciones salariales en Alemania, y han dado lugar a la suspensión de actividades en una de las industrias más fuertes del país teutón. En este sentido, desde el sindicato se ha informado que unos 20.000 empleados de la industria metalúrgica y eléctrica del distrito de Berlín-Brandeburgo-Sajonia dejaron de trabajar en las dos primeras semanas de la medida de fuerza.