El gobierno de Netanyahu logró dar el primer paso para lograr la reforma judicial. En el marco de las protestas contra la misma, al menos 19 personas fueron arrestadas y cinco resultaron heridas.
El lunes 24 de julio, los 64 diputados de la coalición de gobierno votaron a favor de la “Ley de Razonabilidad”. Según la misma, la Corte Suprema no podrá “adjudicar el asunto de la razonabilidad a una decisión del gobierno, del primer ministro o de otro ministro, o de otro funcionario electo según lo determine la ley, y no emitirán una orden hacia ninguno de ellos sobre la cuestión mencionada”.
La sesión de la Knesset, el Parlamento de Israel, no contó con la presencia de los 56 legisladores de la oposición, quienes se retiraron del recinto manifestando que la discusión de la ley era una “vergüenza”.
Mientras tanto, las calles de Jerusalén se vieron convulsionadas por las manifestaciones en contra de la reforma judicial, la cual atenta, según sus opositores, contra la independencia del poder judicial y la democracia de Israel. En este marco, el presidente israelí, Isaac Herzog del Partido Laborista -opositor a Netanyahu-, expresó que se vive “un estado de emergencia nacional”.
Las manifestaciones en contra de la ley y la reforma han congregado a decenas de miles de personas en el último tiempo. Sindicatos han declarado huelgas, como lo hicieron los médicos, entre otras medidas de fuerza. Asimismo, empresas privadas y otras entidades han acompañado la lucha cerrando sus puertas o asegurando el pago de los salarios a quienes participen de las movilizaciones.