La recaudación del nuevo impuesto, estimada en unos 2.000 millones de euros, se destinará a la ayuda a hipotecados y a reducir la carga fiscal en otras áreas.
El gobierno italiano, conducido por Giorgia Meloni, aprobó la creación de un impuesto del 40% sobre los beneficios extraordinarios que obtuvieron los bancos durante el 2022 y 2023.
Según lo establecido por la normativa, el impuesto se cobrará a las entidades que tengan un margen de ganancia en 2022 de al menos un 3% superior respecto al 2021; un porcentaje que se eleva al 6% si se compara el 2023 con el 2022.
Tras la firma del decreto, Meloni aseguró a través de Twitter que la medida apunta a generar “impuestos más bajos para los hogares y las empresas, un sistema fiscal más justo y equitativo, más dinero en la nómina y menos impuestos para quienes contratan e invierten en Italia, trámites más simples y rápidos”.