Tras la escalada de la guerra en Gaza, Biden solicita reforzar la ayuda militar a Israel. Instituciones bancarias advirtieron sobre las consecuencias en el mercado y las finanzas.
A tres semanas del inicio del conflicto, las víctimas palestinas ascienden a 7.000 -más 12.500 heridos- y a 1400 en Israel -3.300 heridos-.
En el marco del recrudecimiento del conflicto, el jueves 19 de octubre, el presidente de EE.UU., Joe Biden, anunció el envío de una solicitud al Congreso norteamericano para financiar “las necesidades de seguridad nacional” de Estados Unidos y apoyar a Ucrania e Israel.
En un discurso televisado, Biden vinculó ambos conflictos aludiendo a que Hamas y Vladimir Putin “quieren aniquilar por completo a una democracia vecina”.
La solicitud consta de 61.400 millones de dólares en ayuda para Ucrania -30 mil millones en armas-, y 14.000 millones de dólares para Israel -10.600 millones en armas-, sin embargo fue bloqueada por las divisiones en el bloque del Partido Republicano en la Cámara de Representantes.
Asimismo, el JP Morgan, a través de su consejero delegado Jamie Dimon, dijo que “el mundo se enfrenta a la época más peligrosa en décadas. La guerra en Ucrania, combinada con el conflicto desatado tras los ataques que sufrió la semana pasada Israel, pueden tener serias implicaciones en la energía, el mercado de alimentos, los flujos de comercio globales y en las relaciones geopolíticas”.
Por su parte, el Consejo Europeo, que reúne a los 27 Jefes de Estado de la Unión Europea, expresó en un comunicado su preocupación por la situación humanitaria en Gaza y llamó a generar un corredor para brindar ayuda a los afectados.
Por otro lado, Recep Tayyip Erdogan, presidente de Turquía, denunció los bombardeos israelíes sobre Gaza, comparándolos con el holocausto. Por esta manifestación, Israel solicitó el “regreso de los representantes diplomáticos allí para llevar a cabo una reevaluación de las relaciones entre Israel y Turquía” según lo comunicado por Eli Cohen, ministro de Exteriores israelí.