El pacto social fue un acuerdo que definió la política económica del gobierno de Héctor Cámpora en 1973, con la participación del sector sindical y el empresariado industrial y rural. Los principios de dicha alianza fueron la mejora de los ingresos de la masa trabajadora junto a la generación de crecimiento económico. El fracaso de este pacto fue la antesala de nuestras horas más oscuras.
En la actualidad, el planteo de unidad a través del Pacto Social pone el foco en un problema que pareciera sernos ajeno como trabajadores. Algunos candidatos y partidos hacen fuerte hincapié en una economía que es necesario reactivar y presuponen que en esa bolsa entramos todos.
En esa disputa, frente a las muy deterioradas condiciones del trabajo en estos últimos años, las organizaciones y referentes salen a jugar para no perderse de nada. Aunque el banquete -las ganancias- sigue teniendo dueños, y lo que sobre de ahí caerá en cuentagotas a los bolsillos de los trabajadores para mayor consumo.
Lo que no mencionan estos sectores que buscan la “unidad”, es que el consenso se basa principalmente en reactivar sus ganancias y, cómo estos últimos años fueron realmente en detrimento de las condiciones de vida de los trabajadores, algunas organizaciones sindicales adhieren a ese esquema con un amplio acompañamiento popular.
Frente a ello la fuerza organizada del trabajo pareciera quedar en un segundo plano. El problema de la organización de nuestras necesidades se opaca para aportar al esquema electoral. Asimismo no se pudo frenar la convicción fuertemente arraigada en nuestro pueblo de luchar por lo que le pertenece.
Todo ello nos arroja algunos elementos para identificar en qué situación nos encontramos.
Sin negar la discusión, la necesidad de organizarse, nuestra necesidad, debe mantener su prioridad, ya que sin ella no habra gobierno ni proyecto que pueda paliar la penosa situación en la que se encuentran los trabajadores. Por ello debemos abarcar, pero al mismo tiempo ser precisos para que lo urgente no siga tapando y dejando para después a lo importante.