La pandemia del Covid-19, introdujo fuertes cambios en el sistema educativo. El avance tecnológico marcó una nueva era de la educación virtual y las empresas de telecomunicaciones que se beneficiaron de esta situación crítica hoy promueven sus propios proyectos pedagógicos.
La educación es la institución social que permite promover habilidades y conocimientos para las personas que habitan en la sociedad y es a través de estas instituciones que se transfieren creencias, valores y hábitos sociales. Es considerada un derecho fundamental para el desarrollo de una comunidad.
El sistema de educación en general se modificó a medida que se desarrollaron nuevas
formas de organización y de producción. Su objetivo inmediato es la promoción de mano de obra para iniciarse en el mundo laboral. Esto puede verse actualmente en los ciclos existentes de formación que se brindan desde instituciones tanto públicas como privadas.
La producción define cómo nos educamos
La oferta educativa se encuentra profundamente condicionada y varía dependiendo de las necesidades del territorio productivo en la que se encuentra. Un ejemplo de ello es la ingeniería pesquera, habilitada en Chubut (provincia que provee del 21% de la pesca nacional), Mar del Plata (el centro pesquero
más importante del país) y por último en Tierra del Fuego (10% de la actividad pesquera del país).
Al mismo tiempo puede verse cómo en el padrón total de egresados del país las primeras 4 carreras se llevan más del 80% del total. Entre ellas se encuentra la Ingeniería Agronómica, enfocada principalmente al desarrollo del agronegocio en el interior del país, constituyendo a la educación como la base principal de abastecimiento de mano de obra que las empresas necesitan.
Empresas tecnológicas
En la actualidad la educación sufrió cambios profundos, incluso durante el transcurso de la pandemia, donde se fortalecieron nuevas formas de educación, como la virtual. El avance tecnológico y el servicio de telecomunicaciones se convirtieron en el único medio para el acceso a la misma.
Su implementación dejó a la vista la fragilidad de los cimientos que sostienen a la educación pública, pero a su vez benefició exponencialmente al mercado de las telecomunicaciones, mercantilizando el aprendizaje y posibilitando a empresas como Amazon, Apple y Facebook a reportar ganancias millonarias debido al incremento de sus consumidores a nivel global.
Las herramientas tecnológicas, son hoy indispensables para informarnos, educarnos, consumir, o acceder a la salud, lo cual la vuelve una mercancía codiciada para aquellas empresas que obtienen ganancias extraordinarias ofreciendo el servicio de conectividad. Al mismo tiempo posiciona a aquellos que buscan acceder a la educación como consumidores, debiendo destinar parte de su salario para ello.
Con la imposición de este nuevo formato educativo, las empresas tecnológicas forman su nueva mano de obra especializada para el manejo del sector. Dado que 7 de las 10 empresas más grandes del mundo (Apple, Microsoft, Amazon, Alphabet (Google), Facebook, Alibaba y Tencent) tienen un fuerte componente tecnológico, la industria de la educación necesariamente va a ir de la mano de esa tendencia.
Podemos observar como las diferentes firmas mencionadas realizan sus proyectos educativos, imponiendo planes de estudios a otras instituciones educativas. Esto queda demostrado en los diferentes proyectos educativos de las firmas, imponiendo planes de estudio a instituciones públicas como privadas y, actualmente, prescindiendo de las instituciones tradicionales de la educación. Por ejemplo, durante el año 2020 Amazon anunció que capacitará a 29 millones de personas de todo el mundo hasta 2025 a través de su plataforma de aprendizaje virtual, enseñando tecnología en la nube con más de 500 cursos
en línea gratuitos.
La firma perteneciente a Jeff Bezos, no es la única en la carrera por la educación. Google también lanzó cursos online con certificación propia, aliandose con Coursera que brinda la plataforma para impartir estos cursos totalmente online. Los certificados, según el gigante tecnológico, se equiparan a la validación de una carrera universitaria, con la diferencia de que este transcurre en el plazo de 6 meses y cuesta U$S 300 dólares.
Microsoft, por su parte, está realizando acuerdos con el gobierno argentino para el desarrollo de su red global, a partir de la creación de un nuevo Punto de Presencia optimizando el rendimiento de la red y, por otro lado, realizó un acuerdo para capacitar en habilidades tecnológicas a más de un millón de personas en cinco años. Además la Cámara Argentina de la Mediana Empresa (CAME) también cerró un acuerdo con Microsoft que propuso promover la transformación digital de las pymes.
“Vivimos en meses una transformación digital que hubiese llevado años. Día a día vemos como los empleos empiezan a ser diferentes y cómo la economía pasa a ser cada vez más digital. Para democratizar el acceso a la tecnología es clave garantizar una mejor conectividad y ampliar el acceso a las habilidades digitales”, dijo el gerente general de Microsoft de Argentina, Fernando López Lervasi.
La educación virtual se volvió un campo de disputa para estas empresas. Hoy podemos encontrar en la web 132 cursos pertenecientes a la empresa de Huawei; 96 de Microsoft, que contienen como clientes a más de 183.000 instituciones educativas en 175 que países utilizan esta herramienta para temas de educación y por último Google con más de 35 cursos gratuitos.
En ese sentido, la provincia de San Luis promueve, junto a la Universidad de La Puna, la preparación de los docentes en los cursos que ofrece Google y, por medio de una resolución ministerial, este otorga puntaje docente. Vale destacar que en en el país existen alrededor de 1000 docentes certificados por el gigante tecnológico, por lo que San Luis tiene más del 40% de este total.
El rol del gobierno y las políticas de Estado
Como vimos anteriormente, la educación responde al modo en que una sociedad organiza su producción. A nivel mundial las empresas tecnológicas imponen su currícula y carreras completas para que el proceso formativo responda a sus intereses. A su vez, en cada territorio, dependiendo de las actividades económicas predominantes, los capitales disputan la formación de su mano de obra para llevar a cabo las tareas que necesitan. George Soros, filántropo multimillonario, comentó en el Foro Económico Mundial en Davos, Suiza que quiere invertir mil millones de dólares para crear una universidad global, en alianza con la Universidad de Europa Central y Bard College -dos universidades que él mismo respalda- también habló de la necesidad de que los estados deben regular a las grandes tecnológicas como Facebook y Google.
La promulgación de becas a estudiantes para las “carreras estratégicas” son una pauta más para entender cómo la formación se encuentra delimitada por intereses económicos, aún estando en manos del Estado. En febrero el Ministro de Educación, Nicolas Trotta lanzó la beca “Manuel Belgrano” que está destinada a aquellos que deciden estudiar carreras relacionadas a la agroindustria, el ambiente, el desarrollo sustentable, la tecnología e innovación y la energía. Otro ejemplo son las becas “Progresar”, que si bien tienen un alcance general, cambian los montos según la carrera estudiada (Ingeniero en Petróleo, Especialista en Agronegocios Y Alimentos, Ingeniería en Sistemas de Información, entre otras).
Con el impulso de “Programando Futuro 2020”, lanzado también por el Ministerio de Educación de la Nación, se fomenta una mayor presencia de mujeres en escuelas técnicas y que luego continúen carreras y trabajos científico-tecnológicas. También se brindaron espacios en el Instituto Tecnológico de Buenos Aires (ITBA) y la Universidad Nacional de La Matanza para hacer cursos sobre computación en la nube para mujeres junto a Amazon.
Por último, en la cúspide de la formación educativa se encuentran los organismos encargados de la investigación y desarrollo científico que también responden a la logica descrita con anterioridad. Los poderes fácticos de la producción determinan la dirección de sus investigaciones.
Más de mil profesionales, 80 instituciones y empresas del sistema científico tecnológico nacional cómo la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE), se reunieron con SpaceX (empresa que desarrolla tecnología espacial financiada por Elon Musk), para lanzar en el mes de agosto del año pasado un satélite que se encarga de medir la humedad y adaptabilidad de los suelos para la producción del agronegocio en toda la pampa húmeda.
Recordemos que la CONAE, depende del Ministerio de Ciencia Tecnología e Innovación y es el ente creado en el Menem para llevar adelante un plan espacial nacional. Este participa de la investigación, producción y logística de toda la tecnología espacial, aplicada a sectores productivos.
Esta situación demuestra que la educación actualmente no responde a las necesidades del pueblo, sino a los intereses de las grandes industrias que imponen sus demandasen alianzas con los gobiernos. En paralelo, las condiciones de vida de aquellos que sostienen el sistema de educación se deterioran exponencialmente, en su mayoría en condiciones de pobreza, con múltiples trabajos y, en la actualidad, la conectividad permanente a la que se encuentran sometidos.
El problema del sistema educativo no podrá ser solucionado de forma remota, teniendo en cuenta que estas firmas imponen la manera en que debemos formarnos y educarnos. Las dificultades con la que docentes y estudiantes combaten cotidianamente no alcanzan para salir de la rueda de la dominación y nos posiciona en una situación desfavorable. Emprenderse en superar ese momento es la única tarea que nos dará la posibilidad de que la educación responda a los intereses y necesidades del pueblo y no a las ganancias capitalistas.