“Las mejores películas abren puertas, apoyando nuestra impresión de que el cine empieza una y otra vez con ellas”
Francoise Truffaut
Los 400 golpes es la opera prima del prestigioso director francés Francois Truffaut, considerada como la película iniciática del movimiento nouvelle vogue que se desarrolló en la Francia de post segunda guerra mundial y reacciono al cine de masas con una firme postura de crítica social, además de una nueva forma de filmar a partir de largos planos secuencia con cámara en mano.
La película cuenta con un fuerte carácter autobiográfico, que en algún punto se puede comparar con la gran opera prima de Leonardo Favio llamada “Crónica de un niño solo”. Truffaut plantea esta película como iniciática de una serie de cinco films que van desarrollando la vida de Antoine Doinel, interpretado de una manera excepcional por el actor Jean Pierre Leaud. La misma trata sobre la vida de un niño en los márgenes de Paris en la década del 50, y aborda la misma poniendo en tensión diversas problemáticas y estigmas de la época, sobre todo a partir de la crianza de una madre que lo tuvo de soltera y ejerciendo una conducta severa, el padre que se hizo cargo hace lo imposible para aceptarlo, aunque carga con el simbolismo de que no sea su hijo biológico y la escuela de la época totalmente empapada por el conductismo ejerce una presión por parte del profesor aplicando todo el rigor de una escuela castradora y elitista.
Es interesante pensar la escena donde el pibe totalmente abrumado por esta institución no concurre a la escuela y sale a caminar por Paris con su amigo Renne, es en este momento en el cual ve lo bueno de la vida sin los maltratos. El desenlace de la película es tremendo, cuando en una de esas faltas roban una máquina de escribir de la oficina donde trabaja su padre e intentan venderla, hasta que se arrepiente de su acto y quiere ir a devolverla, lo atrapan y mandan a un reformatorio al lado del mar. El plano secuencia que le pone fin a el film, lo encuentra escapándose del instituto, en la playa y la cámara acercándose a un primer plano sobre el pibe y el con su rostro confundido, abrumado, asombrado, frágil, desesperanzado, dándose que está llegando el momento de ser adulto.