En esta edición tuvimos la oportunidad de hablar con Juan Quiñones, integrante del Centro de Jubilados y Pensionados Fraternales, sobre el lugar del ferrocarril en el sistema de transporte y la actualidad de la organización de los jubilados.
¿En qué situación se encuentra en la actualidad el Centro de Jubilados?
El Centro de Jubilados se vio paralizado por la pandemia, hoy tenemos una comisión provisoria porque no se pudo renovar, pero ahora nos queremos hacer cargo de eso. Hoy, gracias a las mujeres que están al frente, la organización pudo sobrevivir, aportando hasta de sus propios bolsillos para poder subsistir todo este tiempo que nadie aportaba por el cierre. Todo esto generó una situación económica que ahora tenemos que normalizar.
Teníamos talleres, turismo, peluquería y un montón de actividades, cosas que se van a ir normalizando el año que viene, donde queremos que haya mayor actividad social, lo vamos a abrir al público, para que haya conferencias, para que haya charlas, política, todo lo que coloque a los jubilados en un mayor bienestar. Estoy en contra de la formación de guetos de viejos porque creo que el viejo debe vivir mezclado con los jóvenes. Cuando uno está al lado de jóvenes, entra a remontar para arriba.
¿Cuál es la importancia que tiene el ferrocarril como medio de transporte en el país?
Siempre ha sido una inquietud propia de la profesión el tema del transporte. Los gremios se ocupaban mucho de la formación de los trabajadores para defender los ferrocarriles.
Después del 55, con el plan Larkin se propuso un plan concreto para desaparecer los ferrocarriles, donde querían que el ferrocarril tuviera ganancia, pero los ferrocarriles no tienen ganancia en ningún lugar del mundo porque tienen la ventaja de ser el transporte terrestre más barato. Entonces, se comparaba la lógica que empleaban las empresas de transporte privadas, donde el mayor peso del costo económico se lo imponen al auto particular, y ellos no pagaban nada. El ferrocarril pagaba todos los gastos del mantenimiento de las vías, entonces desde ese tipo de análisis económico el ferrocarril perdía y había que hacerlo desaparecer.
Hoy se termina el petróleo en el mundo, se encarece y por lo tanto el poco petróleo que hay, que es de muy baja calidad, y nos haría falta el ferrocarril para que los productos que nosotros hacemos tengan competitividad.
El costo del flete del ferrocarril, a nivel mundial, es más o menos de un 7% del valor del producto terminado, acá es del 35%, 4 veces más caro. Yo compro cosas por internet y muchas veces es más caro el flete que lo que compras. Necesitamos que el ferrocarril posibilite que los productos que consumimos en el orden de la economía interna sean más baratos.
Hoy mientras más te alejas de Capital Federal todo es más caro, ahí se nota esa modificación de largo plazo de la idea del país radiocéntrico con embudo en el puerto de Buenos Aires. La ciudad es cada vez más grande y sigue creciendo, ocupando los humedales con edificios, con desarrollos inmobiliarios y cada vez más gente. Nosotros acá vivimos la desaparición de los pueblos pequeños donde llegaban los ramales del ferrocarril, donde la juventud se encuentra sin trabajo y se aglutina en las grandes ciudades, donde crecen todos los problemas que hay. En vez de un país, estamos construyendo una gran ciudad, que es el proyecto de Mitre, el proyecto unitario.
¿Qué papel representan los trabajadores en esta situación?
Para la dictadura el principal problema eran los obreros, ya que el solo hecho que sea obrero lo convierte en alguien que tiene otra perspectiva, y eso era terrible. Su idea siempre fue la de ser parte del mandamás del mundo, mientras el mandamás fue Inglaterra, fuimos una colonia en donde se complementaban los intereses de la oligarquía local con los intereses del imperialismo britanico, pero cuando cambió de dueño el mundo, con la Segunda Guerra, nosotros ya no tuvimos esa relación donde vendemos materia prima y compramos las cosas elaboradas. Estados Unidos producía las mismas cosas que producimos nosotros, por eso fuimos el patio trasero durante muchos años.
Ahora, con la importancia que adquieren algunos recursos argentinos, como el agua potable y el litio, se han complicado más las cosas. La crisis mundial del capitalismo pone en juego la vida del planeta, pero los tipos siguen en la misma, no les importa nada.
Pero hay voluntad de los pueblos, en Estados Unidos sufrieron tanto el desempleo como acá, en Inglaterra lo mismo, los pueblos se parecen mucho. Cuando hay una política imperialista es cuando tiene más importancia la producción militar porque eso les da la ventaja de dominar, pero lo que piensan los pueblos es totalmente distinto, y yo creo que el cambio está ahí. Este fracaso del modelo neoliberal a nivel mundial puede generar una nueva conciencia en el mundo y posibilite que en el futuro haya cambios.