La situación actual se encuentra atravesada por el recrudecimiento de las condiciones en las que vive la gran mayoría de la población. Mientras en todo el mundo se libra la guerra bajo sus múltiples formas, avanza la expropiación de los recursos naturales y la mercantilización de todo aquello que es indispensable para la vida humana.
La precaria situación que atravesamos como trabajadores en todos los ámbitos nos somete a un plano de pura subsistencia. A diario vemos como la pobreza y el desempleo no dejan de aumentar, en paralelo a la superexplotación de aquellos que tienen trabajo.
La inflación, que corre a la par de las fluctuaciones de la crisis, se asume como un escenario natural y un proceso inevitable. Así, nos vemos obligados a transcurrir detrás de aumentos paritarios que se tornan insuficientes ante la avanzada infrenable de los costos de vida básicos.
De esta manera, quedamos a la espera de una lluvia que no moja a todos, y las desiciones políticas que priman defienden los intereses de los los grandes Fondos Comunes de Inversión (FCI). Estos, a través de su red financiera-digital desplegada globalmente, maximizan sus ganancias doblegando toda resistencia y condicionandonos a vivir con lo mínimo para continuar con su saqueo.
La pelea al interior de esta clase dominante expresa la puja por imponerse ante toda la sociedad y así continuar apropiándose de la riqueza producida por el conjunto del pueblo trabajador.
En ese marco, la institucionalidad política despliega medidas basadas en un bienestar superficial y momentáneo, relegando a un segundo plano la solución real de esta situación. Esta voluntad se ve reflejada en los reiterados intentos por recomponer el valor del ingreso de los trabajadores con enmiendas y dádivas, aplazando la agonía.
Asimismo, en esta situación descansa la verdadera posibilidad para cambiarla. Luchar para transformar desde lo cotidiano, en cada lugar, en cada encuentro y promoviendo la organización, no es ya una aspiración sino una necesidad urgente e inmediata. El motor que la impulsa se asienta en querer cambiarlo todo.