Los Fondos Comunes de Inversión aprovechan el estado de crisis acrecentando su poder, ejerciendolo a medida que imponen sus intereses y orientando la política de gobierno tanto en los territorios centrales como en los “periféricos”, como en el caso de Argentina.
Estos actores ligados al sector financiero, ocuparon un papel predominante en los procesos de endeudamiento, dónde la crisis sirvió para ganar posiciones dentro de las economías y sostener sus márgenes de ganancia.
Utilizando distintos mecanismos avanzan centralizando y concentrando capital y delimitando los márgenes del resto de las fracciones de clase. Tal como analizamos en esta edición, estos tenedores de bonos en pesos son los promotores de una amenaza permanente ante una devaluación.
En ese marco las burguesías nacionales, incluso las aparentemente “grandes”, quedan subordinadas al movimiento pendular generado por estos grandes grupos financieros, quienes también se insertan en el entramado productivo a través de su participación accionaria en las principales empresas multinacionales.
Su presión sobre una “siempre posible” devaluación condiciona a las masas populares que se ven sometidas a conformarse con la sobrevivencia a costa de la superexplotación del trabajo, necesaria también para sostener las tasas de ganancia.
Como parte del espiral de la acumulación se desarrolla el golpe contra la clase trabajadora a través de un proceso inflacionario histórico, y la respuesta organizada es la fiel expresión del clima de época. La emergencia de un nuevo sujeto en lucha es casi unánime en varios territorios a lo largo y ancho del globo.
En Argentina la reactivación de las movilizaciones populares en búsqueda de recomposición salarial y mejoras en las condiciones de vida configuran un nuevo escenario de enfrentamiento, no sin la emergencia de una reacción que intenta aplacar todo movimiento independiente y auténtico de la clase trabajadora.
En ese contexto el Estado responde a la tendencia dominante orientando los recursos presupuestarios de salud, educación y obras al pago de la deuda, aplicando tarifazos segmentados y permitiendo la libre circulación de los FCI en el mercado cambiario local.
La pelea de los trabajadores de todo el mundo para imponer otras condiciones de la política de gobierno que favorezcan las condiciones de vida será vital en los tiempos que corren para revertir la situación de sometimiento que padecen las mayorías.