Tribuna diálogo con Bianca De Toni, periodista del medio Enfant Terrible y referente de la Red de Medios Digitales (RMD).
¿Cómo se conformó la RMD?
La red es un espacio que surge a finales del 2019 con el objetivo de generar un espacio organizativo para un montón de experiencias digitales y dar respuestas a necesidades de sostenibilidad en relación a la situación laboral de las y los trabajadores que la conforman. La red hoy nuclea alrededor de 80 medios digitales en todo el país, gestionados de manera colectiva y la mayoría constituidos como cooperativa de trabajo.
Una de las cosas fundamentales que hemos hecho desde el inicio es la lucha por la distribución de la publicidad oficial a nivel nacional como una deuda histórica dentro del sector. El acceso a la pauta no cuenta con regulación, históricamente se distribuyó de manera discrecional. En 2020 se modificaron las condiciones para poder acceder y eso permitió que los medios digitales puedan encararlo desde la organización colectiva.
¿Cuál es la situación de la distribución de la pauta oficial hoy en día?
Los medios sin fines de lucro reciben un 6% del total de la pauta publicitaria. En comparación a años anteriores se ha acrecentado, pero continúa siendo una distribución no equitativa en comparación a los millones de pesos que se llevan los medios comerciales hegemónicos.
En este punto también es interesante remarcar que las grandes plataformas digitales también son importantes beneficiarias de la publicidad oficial. El acceso a la pauta es fundamental para poder garantizar el salario de los compañeros y las compañeras y eso es algo que en el último tiempo con los retrasos que hubo en los pagos de la pauta se ve afectado.
La RMD integra la Confederación de Medios Cooperativos y Comunitarios (CMCC), ¿a quienes convoca y a qué necesidades responde?
En la CMCC participan distintas organizaciones que nuclean al sector comunitario y popular como Fadiccra, ARECIA, CONTA, FARCO y la RMD. Es la primera organización que aglutina a los trabajadores de los medios comunitarios y las demandas particulares del sector. Nos unificamos en la demanda sobre la regulación de la publicidad oficial y su distribución, entre otras políticas públicas específicas.
En este último periodo del gobierno del Frente de Todos se esperaba depositar cierta confianza más democratizadora en lo que respecta a las políticas de comunicación, pero es algo que efectivamente no sucedió, y si bien hubo políticas dirigidas al sector, estas son totalmente deficientes.
¿Cómo se trabaja la articulación con los sindicatos entendiendo la identificación de la RMD como trabajadores de la comunicación?
Si bien nosotros hemos conformado nuestra propia representación, también nos reconocemos como trabajadores dentro de un sistema más amplio, y los sindicatos con apertura hacia el trabajo autogestivo han sido aliados desde un principio como el CISPREN y el SiPreBa en la lucha por nuestros reclamos y la presentación de proyectos. Recientemente lanzamos una campaña para sindicalizar a todos aquellos compañeros y compañeras como una medida de poder unificar el trabajo en el sector.
¿Qué significa ser un trabajador de la comunicación digital?
Hay un montón de cosas que compartimos con cualquier trabajador de la prensa, una de ellas tiene que ver con la necesidad de tener más de tres, cuatro o cinco trabajos para poder llegar a fin de mes. En el censo que hicimos el año pasado, el 66% de los trabajadores estaban en condiciones de pluriempleo.
Otro punto importante dentro del sector es que las condiciones que tienen nuestros medios para poder ser sostenibles son bastante precarias, no todos los medios pueden asegurar salarios que estén por encima de la canasta básica. Eso abre la discusión en nuestros medios sobre nuestra situación de autoexplotación.
La particularidad de trabajar autogestivamente no es sólo ejercer la profesión que uno eligió sino también el desafío de hacer que estos proyectos sean sustentables y eso requiere el desarrollo de un montón de competencias que no estaban previstas en nuestro oficio, que tienen que ver con habilidades de gestión institucionales y administrativas que atraviesan el trabajo y que en cada colectivo se resuelve de manera distinta, asignándole roles o dividiendo esas tareas.